26 noviembre 2008

Inspiración

Una mueca torcida es la única expresión que emana de una cara concentrada en el vacío. Un amago de sonrisa ante pensamientos que van y vienen, fugaces, etéreos, evanescentes.
No cierra los ojos, pero tampoco sabría decir qué es lo que está mirando. Tan sólo deja que sus dedos corran libres escogiendo las letras apropiadas, formando palabras y frases que, en ocasiones, tienen demasiado sentido. Pero no lo sabrá hasta que no haya terminado y tenga ocasión de releerse.

Las ideas nacen en un lugar insondable de la mente. No se conoce el lugar exacto del que proceden, aunque algunos creen tener el método para poder llegar a ellas siguiendo ciertos rituales. Se pueden utilizar mecanismos que provoquen una idea, pero cuando ésta llega de forma espontánea se produce una pequeña catarsis que trasciende todo lo demás.
Al abrirse paso y expandirse en toda su plenitud, dejas de tener hambre, sed, sueño o estrés. Dejas de estar cachondo, de preocuparte, a veces hasta de respirar.
Tirar del hilo, desarrollarla, comprenderla y abarcarla, sonreír ahora plenamente al llegar a una conclusión que te satisface.

¿De dónde proviene todo esto? ¿Qué puede ser aquello que lo provoca?
A veces es un sonido. Una melodía que crea imágenes en tu cabeza. Una armonía que te transforma, te conmueve, te transporta a otro lugar digno de ser descrito.
A veces es una imagen. Un fotograma que rescata a otro exacto, olvidado entre toneladas de recuerdos y que aviva emociones añejas, momentos con un sabor especial que rememoras y recreas dándole una nueva forma, una perspectiva diferente que quizá le cambie todo el sentido.
A veces es una palabra. Letras que se transforman en un significado que a su vez promueven una reacción que desemboca en una idea que merece la pena ser transmitida.
Inspiración, muchacho. Tus cinco sentidos volcados en sentir esa idea, retenerla en la mente el tiempo justo para describir cómo es, a qué sabe, qué aspecto tiene. Ponerle un nombre, una forma, una esencia. Una persona.

Porque a veces es una persona la causa de que estés sentado frente a una mesa, escribiendo lo primero que te viene a la cabeza. Una persona capaz de mover algo dentro de ti, una persona que consigue que busques sacar lo mejor de tu repertorio, exprimirte y vaciarte, expresarte y mejorarte. Una persona que no necesita enamorarte para convertirse en alguien importante. Una persona que no tiene que excitarte para ser alguien digna de atención. Una musa, en resumen, que sopla en la buena dirección.

Así puedes pintar un sentimiento. Puedes ponerle música a un objeto. Puedes fotografiar un momento. Puedes hacer todo aquello que sólo el hombre es capaz de hacer.
Inspiración. Enloqueces cuando falta, te enfadas cuando no llega donde necesitas que esté, te bloqueas cuando sientes que existe un abismo entre lo que estás buscando crear y lo que tienes ante ti: la nada más absoluta. Un folio en blanco. Un lienzo intacto. Una partitura vacía.

Qué sería del mundo sin inspiración. Prefiero no saberlo.

2 comentarios:

  1. Anónimo3:34 p. m.

    gbg

    Mi aplauso Bko!!

    ...he vuelto a leerte con tus mejores recursos y habilidades para manejar como tú sabes la palabra, y darle sentido a la vez que estética.Intención y concepto, con el ritmo y la forma adecuados, que te llevan de una línea a otra y transmiten mil sensaciones sin moverte de la silla.

    Tienes ese talento capaz de transformar más que una idea, una intención en expresión.No lo dudes..o almenos no dejes de hacerlo.Concedele a tu capcidad el indulto..y cree en ti, casi lo mismo que crees en "esas" ideas..y te sorprenderas de lo que eres capaz de llegar a crear!

    Estás lleno de tantas cosas, que aún ni las has empezado a descubrir.

    Gracias Bko

    ;-)

    ResponderEliminar
  2. Anónimo2:52 p. m.

    Se que merece mas que esto, pero ya sabes que ultimamente no atino...
    No me ha inspirado, pero me ha recordado que la insiración regresa cuando menos la esperas.

    Un abrazo enano!

    ARI

    ResponderEliminar