22 julio 2008

Bos taurus



Siendo un tipo que trabaja en publicidad y se dedica a pensar en formas de que las marcas se queden en la mente de las personas, lo único que puedo decir en el caso del Toro de Osborne es que es uno de los casos de referencia en cuanto al éxito contrastado de un mensaje eficaz y acertado. Chapeau.

Pero al margen de lo que, en tiempos, la agencia Azor creó para un licor de la bodega andaluza allá por los años 50, el propósito de esta pajilla mental de hoy no es tanto hablar de ese Toro como del toro en general. Del bos taurus, vaya.

Admito que no se me conocen estudios zoológicos y que lo poco que sé del tema empíricamente se basa en lo que encuentro por la red. Aún así, resulta interesante destacar unas cuantas cosas. En general, la raza bovina -que incluye a vacas y bueyes- es mansa. Siglos y siglos de servil sumisión al hombre han condicionado su evolución acortando los cuernos, engordando sus carnes y pacificado su comportamiento.
Y eso que si ves una vaca que te mira mientras masca hierba, te asustas o como poco le devuelves la mirada pelín acongojado. Mal rollo injustificado, basado únicamente en que vacas y vacos tienen un volumen considerablemente... hum... enorme.

Resulta que la raza de lidia, esa que se usa en los ruedos, es ligeramente distinta. No sólo fisonómicamente (cuernos más grandes y con las puntas hacia adelante, más musculados, etc) sino también con unas pautas de comportamiento más salvaje. Es lo que llaman bravura los entendidos, que implica mala hostia e ingenuidad en dosis equilibradas. Es decir:

Toro1: Hum... esa... cosa que se mueve que tengo delante [un trapo rojo]... ¿qué será? ¿Se puede comer? ¿Y si soy alérgico? Quizá si me acerco despacio y con cuidado, a lo mejor le puedo dar un tiento a ver a qué sabe...
Toro1 no es bravo (le falta mala baba). Es, obviamente, un jodío glotón. Su rabo sabrá a gloria.

Toro2: Ah, ya está otra vez esa... cosa que se mueve, cosa que llamaré "trapo" sin ninguna razón aparente. Pero me llama más la atención el humano que la sujeta. Parece asustado y al mismo tiempo confiado. Me gusta darle miedo, significa que me respeta, pero no comprendo qué le hace suponer que puede estar tan seguro de sí mismo. ¿Piensa que puede ganarme en un uno contra uno? Clarito lo lleva. ¡A por él!
Toro2 no es bravo (le falta ingenuidad). Es todo un intelectual. Carne correosa -como buen sofista, es flaco y macilento y se deja la barba larga- pero sus sesos deberían trasplantarse a unos cuantos que yo me sé.

Toro3: ¡Una cosa roja! ¡A por ella!
Toro3 es, indudablemente, bravo. Y facha.

Bien, una vez aclarado el aspecto de cómo debe ser un toro para ser calificado como bravo para formar la raza de lidia, exclusiva del toreo, vayamos al lío.
No me termina de gustar demasiado la tauromaquia, aunque tampoco llego a ser antitaurino ni prohibiría la llamada "Fiesta Nacional". Para mí, es algo que está ahí.
He ido a corridas y rejones pero, no sé, debo ser un maldito sociópata porque siempre quiero que gane el toro. Bueno, siempre no. Cualquiera que vea a Hermoso de Mendoza subido a su caballo y fintando toros como lo hace... joder, qué hombre.
Pero sí, normalmente me pongo a favor del bicho. Del cornudo. Del gordo, vaya, no se me confundan.
Explico mi bando porque si todos nos volviéramos locos de repente y me dieran a mí el mando del reglamento taurino, cambiaba tantas cosas que parecería socialista: conseguiría que no lo reconociera ni la madre que lo parió... a mi manera.
Para empezar, el entorno. Terrible. Demodé. Quitaría toda la parafernalia de charanga y pasodoble y lo sustituiría por algo más primario: percusión. Ruidos de bombos y tambores resonando en la plaza. Es un duelo, no una fiesta.
Al torero no le quitaría nada. Quizá el traje de luces tenga una motivación que desconozco. A lo mejor, es que así llaman más la atención del animal. Que tampoco es plan de imaginarle haciendo aspavientos y gritándole para que le mire y pique... no, espera... ¡si ya lo hacen! Vale, fuera traje de luces. Desnudo tampoco, que uno es muy macho y no le gusta verle el badajo a otros [NdelT: No se me ofendan mis grandes amistades bujarras, es lo que tiene ser socarrón].
Pero la parte importante y verdaderamente crucial del asunto está en las suertes que implican a terceros y que suelen putear al toro. Picadores y banderilleros al peo. Se trata de darle al tema un toque de igualdad de oportunidades. No creo que queramos que, a cambio, haya una especie de "pica-toreros" que le recuerde lo manta que es y lo mal que folla para que se lance con más ganas a morderle un cuerno al toro. Sí, aunque parezca mentira, lo que hace el picador no le hace -casi- daño físico al toro. Pero le pone de una mala hostia que déjale ir...
Para lo mismo sirven las banderillas. Su equivalente "humano" sería ver a la ex tirándole besos encendidos al toro mientras con una mano enseña al respetable cómo de microscópica la tiene el pobre hombre. Aquéllos ríen en su cara y sueltan ocurrencias de lo más graciosas. Aún entonces, todavía queda la última "banderilla": ver a la actual pareja escaparse al baño de la mano de un tipo, aparentemente cubano. Sólo así podríamos imaginarnos cómo se siente un toro después de que se le claven seis cosas en el cuerpo.

Esa es la premisa desde la que parto para que una corrida de toros sea realmente espectacular. Hoy por hoy lo que se suele pensar antes de empezar es "¿cuántas orejas cortará, si es que el inútil este no lo hace rematadamente mal?". Con la nueva normativa, la nueva pregunta del millón será:
_¿Quién saldrá vivo de ésta?
Lógicamente, un hombre con las manos desnudas no tiene nada que hacer. Y sus cuernos tampoco son nada del otro mundo. Iría armado, al principio con una garrota o similar y después, cuando las cosas se pusieran más feas, con una navaja. Albaceteña, de dos palmos. Nada de mariconadas suizas.
Eso sí que sería un espectáculo.

Mis entrañables amigos de Público dicen que el toro es un símbolo españolista. Razón no les faltará viendo en qué se ha convertido el toro de Osborne. El problema es que sugieren que sólo se puede ser español -de bien- si te gustan. Que a mí me guste el animal lo acabo de demostrar. Pero ellos no se refieren al bicho, sino al toreo. Achacan -malamente- al toro todo el meollo de las corridas ignorando todo lo que hay de más.
Por ejemplo, ¿sabía usted, astuto lector,...
... que los toros de lidia -con sus instintos salvajes intactos- viven en manadas?
... que hay un líder que maltrata al resto y que es desafiado por varios aspirantes?
... que los derrotados son expulsados a hostias de la manada, convirtiendo al exiliado en un bicho aún más peligroso y enfurecido?
... que, debido a que separan a toros y vacas, se montan entre ellos para saciar su sed sexual?
... que toda manada tiene su mariquita -el más débil y sumiso del grupo, sin segundas- oficial?

Que me aspen si no se parecen a nosotros.
Pero volviendo al asunto periodístico, ahora resulta que, para los pijoprogres, el concepto "ser español" implica que te gusta que se maten a toros en plazas redondas o cuadradas -según la ciudad- o que se maten excepcionalmente a toreros.
_¡Qué crueldad! ¡No quiero ser español!
Cachis, uno menos.
Por esa regla de tres, me imagino que también, para esta gente, "ser español" significa:
- Que te guste el flamenco e ir vestido de faralaes.
- Que el único cine aprovechable es el de la época del Destape. Y, si me apuras, John Wayne. Y Chuck Norris, claro, pero es que todo el mundo sabe que Chuck es, en realidad, Dios.
- Que sólo puedas comer con verdadero paladar agradecido paella, gazpacho, y "pantumaca" como plato exótico. De salsas, alioli y brava. Y como te salgas de ahí, malo.
- Que eres del Real Madrid. Obviamente, facha.
- Que políticamente te enorgulleces de ser de derechas y añoras de vez en cuando a Franco.
- Que eres un maldito intolerante además de encasillar vilmente a los que no piensan como tú en un vago concepto abstracto conmúnmente conocido como "rojos" o "progres". [¿Lo cogéis?]
- Que serás capaz de tener la doble moral de criticar los castellers por ser peligrosos para niños pequeños o celebrar los Bous a la Mar de Dénia o los Correbous de Olot mientras calificas a los habitantes de los Països Catalans como "esos extranjeros de mierda" al tiempo que defiendes la tauromaquia como "arte", "tradición" o "cultura".
- Que no eres vegano y, por tanto, tampoco te va a preocupar la indignante situación de las gallinas de corral o del estresante y sádico cautiverio del atún de piscifactoría. [NdelT: ah, ¿que esto no tiene nada que ver? Para Público, algo habrá...]
- Que ni siquiera te preocuparás por arremeter contra el vegano por atentar de modo sádico y cruel contra inocentes frutas y verduras, torturarlas cortándolas y mutilándolas para después devorarlas. Recuerda, amigo hippy: las plantas también son seres vivos... ¡no las fumes!

Con todo así, ¿quién no se apunta al españolío?

16 julio 2008

iPhone

Llevaba yo unos cuantos meses (que abarcan un par de años, poco más o menos) soñando con que este aparatejo llegara a España. ¿Un móvil-MP3-cámara-GPS? ¿Dónde había que firmar?
Por aquél entonces se rumoreaba que Apple, al hilo del exitazo que rompió las listas de éxitos de una manera tan impredecible que hasta a Steve Jobs (el jefe del cotarro, para entendernos) le pilló por sorpresa -no, jamás creyeron que el iPod se vendería tanto ni que crearía escuela, aunque parezca mentira-, estaba pensando en expandir negocio sacando un móvil al "estilo Mac".
Uséase, el delirio de cualquier geek. El tótem de los gafapasta.
El icono de los sufridos freaks que reaccionamos como embobados con cualquier trasto que lleve lucecitas, resistencias y silicio.

Me compré el móvil más barato de la gama media pensando que no sería más que algo transitorio hasta el aterrizaje de aquél objeto que profetizaría el advenimiento de una nueva religión, el manzanismo, de la cual yo sería un adepto más.

La espera para algunos fue tortuosa. Y más cuando en USA lanzaron la primera versión, una especie de patata revestida de monerías y pijaditas que, además, costaba un cojón y parte del otro. Varios incautos llegaron a cruzar el charco para, ya que estaban ahí, traerse consigo un teléfono que en Uropa no era otra cosa que el "summum delirium" de la vanguardia telefónica.
Como si Nokia fuera, no sé, de Oceanía. Como si sus productos fueran, repentinamente, una mierda pinchada en un palo. Así parecían, sí.

De cuando en cuando en internet nos llegaban reseñas de los problemas que acarreaba aquella primera versión y de los avances que traería una segunda que, esta vez sí, se exportaría a este lado del Atlántico.
No diré gran cosa de aquél iPhone 1.0. Y menos ahora que ya es poco más que historia. Pero tenía sus fallos. "Liberarlo" (sacarlo del contrato de exclusividad en manos de AT&T, condición indispensable para poder usarlo en España) no era tan sencillo ni tan exitoso como algunos quisieron hacernos creer. La cámara era testimonial. Su conexión a internet, ridícula...

El paso siguiente, que ha resonado aquí hasta el punto de vender un millón de teléfonos sólo en su primera semana de ventas, es la comidilla de moda. Y no siempre para bien.
Como todo elemento deformado y exagerado hasta el paroxismo hasta elevarlo a los altares de la perfección, en cuanto aparece un fallo, por nimio que sea, provoca un derrumbamiento general que provoca el llamado "proceso de desmitificación", que en este caso consiste en hacer todo lo contrario de lo que llevabas ya años pensando hacer: precisamente, comprarte un iPhone.
Ahora no mola tener uno. De hecho, no es para tanto. El contrato de exclusividad con Movistar es un timo. La cámara sigue siendo una cagada. No se puede cortar y pegar (!). Ninguna empresa sustituirá las Blackberries por iPhones. No se puede grabar vídeo. No puedes mandar MMS (¿alguien manda MMS's? ¿En serio?). La batería es un Full de Estambul que no dura ni cinco horas. No reproduce vídeos en formato flash (salvo Youtube). Las aplicaciones del App Store son de pago, aunque algunas no lo son... pero de esas pocas sobrevivirán, por no pagar derechos de royalties a Apple. No puedes borrar una llamada sin borrarlas todas. El teclado es una jodienda.
Y así hasta el infinito y más allá.
Tengo la impresión de que Apple ha puesto el listón imaginario demasiado alto. Pretendía hacer creer al mundo que tenían el concepto "refinitivo" de teléfono móvil y, pese a que sin duda este modelo creará escuela y supondrá un antes y un después en el sector, no es probable que se convierta en artículo de coleccionista.
Lo cual, por otra parte, tampoco es que les importe a los tipos de la manzana.
Después de todo, se trata de hacer pasta, ¿no?

De eso, sin duda, tendrán para rato. Pero no del mío.

11 julio 2008

El nacionalismo (catalán) y yo

Ayer me enviaron por vez número oncecientos una cadena que se reactiva cada vez que los nacionalistas catalanes se sienten "agredidos", "perseguidos" u "oprimidos". Lo que vendría a ser, a ojo de buen cubero, un par de veces al año. Hago referencia sólo al movimiento en bloque, no a puntuales escandalillos que apenas se hacen eco porque entonces sería un par de veces al mes o a la semana.

Lo grandioso de mi doble moral es que al mismo tiempo que admito en mi vida (las más de las veces, algo o mucho más que eso) a gente que no sólo no piensa como yo sino que es ideológicamente opuesta, me permito el gran lujo de echar vitriolo sobre algunos de los argumentos que justifican sus ideas.
¿Por qué lo de doble moral? Porque me pasa lo mismo que al pijoprogre de turno: me creo súper-tolerante, me autoengaño diciendo que respeto todas y cada una de las creencias, ideas, pensamientos y actitudes humanas. Pero no es cierto. Todos tenemos un némesis, un opuesto que nos hace sacar la peor parte de nosotros mismos o, al menos, conseguir que esa "súper-tolerancia" se ponga en entredicho.

He tenido muchos "opuestos" a lo largo de mi vida. Los de hoy (que no los de mañana, al menos eso creo) son los nacionalismos periféricos, el Problema Con Mayúsculas de Esta Cosa Llamada España Desde Siempre. En particular, el catalán.
Y lo es porque habiendo pasado 5 años de mi vida en Barcelona, veraneado desde hace 27 en el País Vasco y un largo etc. que cubre prácticamente toda España -básicamente, como la mayoría de los locos que vivimos aquí-, he terminado por adorar no esa tierra ni esas piedras (bueno, un poco) sino a su gente. Y me apena que no tengamos nada mejor que hacer que darnos de hostias y buscar el modo de romper la cuerda. Y me cabrea.
Lógicamente, yo no soy un santo. Admito que también tiro de ella hacia mi lado. Mal xarnego fui y peor -nula- fe del converso adquirí. Como cualquiera, pienso que los motivos por los que lo hago son justos, bienintencionados y buscando el bien común.

Me sé "contaminado" por la "prensa de Madrid" del mismo modo que les sé "contaminados" por la "suya". En este sentido todos nos dejamos llevar por intereses que nos superan, nos sabemos azuzados por poderes que nos utilizan a su mero antojo, no somos más que marionetas cuyos hilos manejan lo único que no podemos controlar: nuestros sentimientos. Nuestras emociones.
[Al hilo del asunto, recomiendo ver la película Equilibrium, que no ha salido en España pero para eso está la Mula]
Agravios los hay y los habrá desde ambos "frentes" hasta que encontremos el modo de dejar de hacerlo... si es que lo hay.
Mientras tanto, seguiré disfrutando como un niño dándoles cera a la mínima ocasión que me den.
Como en este caso.

Esto es lo que me llegó (probablemente, al hilo del Manifiesto por la Lengua Común, que pocos han leído pero todo el mundo cree saber de qué va):

"MANIFIESTO DE SOLIDARIDAD CON ESPAÑA
¡ QUIERO SER SOLIDARIO ! "
¡Qué gozo! ¿Será verdad que han visto la luz? ¿Que se han molestado en viajar más allá de la Costa Brava o Madrid para ver lo que hay -más bien, lo que no hay- sin tener que irse muy lejos?

"¡ ME MUERO DE GANAS DE SER IGUAL QUE LOS DEMÁS ESPAÑOLES ! "
Empiezo a temerme que no...

"Tengo la nacionalidad española y soy español. Vivo en Cataluña y quiero ser solidario con el resto de los españoles y viceversa.

NO QUIERO ser diferente, pero sí quiero ser y tener los mismos derechos y las mismas condiciones de vida que todos ellos.
"
¿Cómo? No entiendo, pero seguro que más adelante nos lo explican mejor. Para facilitar las cosas, aclaro que la parte en cursiva son mis comentarios sobre la marcha.

POR ESO:
QUIERO: Que mi I.P.C., ( el último del 4,10 % ) sea el de la media de toda España, o sea, el 3,80%.
Cada año es superior en Cataluña y me aleja del resto de los españoles.

Curioso, teniendo en cuenta que el IPC actual (4,7%, de ahí que dijera que esta cadena no es precisamente nueva) es más alto que la variación en Cataluña (4.5%), al menos según los últimos datos del INE.
Eso sin tener en cuenta que hoy mismo ya andan diciendo que la cosa ha subido al 5%.
De este modo, en Cataluña no sólo no es superior sino que están por debajo de la media. De dónde sacarán estos datos (o, mejor aún, de cuándo) es todo un misterio.

QUIERO: Que una vivienda en Barcelona, valga lo mismo que otra en cualquier punto de Extremadura. El costo de una en Barcelona me permitiría comprar tres en Extremadura, vivir en una y alquilar las otras dos y así conseguiría incrementar mis ingresos.

Ya para empezar, que la vivienda cueste tan poco en Badajoz es, precisamente, porque no es Barcelona: no tiene su población ni tanta demanda, ni su tirón comercial y económico. No creo que quisieran intercambiar roles...
Pero aún dando por válido que sí, que Barcelona tiene derecho a tener los mismos precios que Badajoz (inventémonos cualquier loca idea para justificarlo)... ¿el hecho de comprar "tres para vivir en una y alquilar las otras dos así conseguiría incrementar mis ingresos" no es precisamente uno de los motivos por los que el ladrillo fue -y aún es- tan caro, por provocar un exceso de demanda incomprensible?
No se comprende este argumento. No creo que el metro cuadrado valga mucho menos que en Manlleu, Bagà o Balaguer sin salir de la "frontera" . Así las cosas, que especulen sin dejar de hablar en catalán.

QUIERO: Que el agua, que yo pago a 18,00 EUR m3, valga igual que la de una urbanización próxima a Valencia, que cuesta 0,20 EUR m3.

¿¿18 leuros el metro cúbico?? ¿Pero qué clase de piratas manejan Agbar? El precio medio en toda España en 2006 era de 0.96 EUR y la zona más cara (Murcia) ese año pagaba 1,41 EUR m3. Ah, espera, que hablan de 18 leuros de factura de consumo de agua y se hicieron la picha un lío.
No, no vale meter en el saco las botellas de Viladrau para inflar precios.

QUIERO: Que el billete ordinario del Bus de Zaragoza con un costo de 0,75 EUR, sea lo que me cuesta a mí, que ahora pago 1,15 EUR por desplazamiento urbano.

¿Han pensado en el motivo de la diferencia de precios? ¿Cuánta distancia recorren los buses de ZgZ y cuánto los de Bcn? ¿Qué tasas municipales incluyen? ¿Con qué frecuencia pasan los buses en una ciudad y otra? ¿Qué antigüedad tienen los vehículos? ¿Cuántos empleados tienen uno y otro?
¿Qué le hace pensar a un barcelonés que el transporte público en Lleida o en Tarragona no es también tan bajo como en la capital mañica?

QUIERO: Que el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales del País Vasco, que ahora está exento, sea igual para mis hijos cuando hereden (si es que lo logran), ya que en Cataluña se aplica una escala semejante a la del I.R .P.F.

Vaya, parece que el autor no sólo no tiene ni idea de economía básica, sino que tampoco estudió Hacienda Pública ni Derecho Administrativo. El Impuesto de Transmisiones Patrimoniales es un impuesto autonómico. Sí. En serio. Lo maneja el tripartit.
Por lo tanto, las quejas en éste sentido sólo pueden quedarse en casa. Nada pueden reprocharnos al resto de españoles.

QUIERO: Que la ITV , que en Melilla cuesta 19,00 EUR, sea la que yo pague aquí en vez de los 44,65 EUR que yo desembolso.

Resulta que la tarifa de la ITV también la pone el gobierno autonómico de turno. A Tráfico sólo va una tasa de unos 2 leuros. Y eso que no son quienes más pagan (valencianos y castellano-leoneses, versión 2007). Lo llegan a ser y los gritos se escucharían hasta en Sant Sadurní (d'Anoia).

QUIERO: Que de las seis salidas por carretera que tiene por ejemplo la ciudad de Madrid, sean de pago al menos cinco, como ocurre en Barcelona.

Vaya, resulta que la cadena reivindicativa no era exclusivamente para pedir "lo bueno de los otros". También hay para putear. ¿No se suponía que el motivo era "quiero ser solidario"? ¡Toma solidaridad cuando sale Madrid!
Y eso que la cadena es tan antigua que probablemente no supiera de la existencia de las radiales ni del cierre de la M-50.

QUIERO: Que cuando mis hijos empiecen el curso tengan los libros de texto gratis como en Extremadura y no gastarme entre 200 y 300 euros como aquí y ahora.
Vaya metedura de pata al mentar la educación. No sólo por ser iniciativa exclusiva de la Junta de Extremadura, sino por hablar de un ámbito en el que hay polémica suficiente para repartir por varios frentes.
Sin ir más lejos, estoy convencido de los hijos del extremeño pueden estudiar en castellano en cualquier colegio de Extremadura sin tener que dejarse una pasta por ser colegio privado. Algo más de 300 EUR, creo yo.

QUIERO: Que la red de autopistas que atraviesa Andalucía, Extremadura, Murcia, Castilla-La Mancha y Castilla-León sea totalmente de pago y tan cara como la que cubre Cataluña, y no gratuita como ahora a pesar de que la densidad de su tráfico es 1/5 parte de nuestras autopistas.

¡Wa-la! ¡"Red de autopistas", dice! ¡Qué iluso! Como mucho, autovías y gracias. Autovías que, por cierto, Pujol se negó a construir en Cataluña, lo que motivó la existencia de las autopistas, mucho más seguras, más cómodas... pero por las que hay que apoquinar. Las únicas "autopistas" que hay en el resto de España (AP-7, AP-36... etc.) también son totalmente de pago. Lo dicho, de solidarios nada.

QUIERO: Implantes dentales GRATUITOS como en Extremadura.
QUIERO: Por si cambio de opinión algún día, cambio de sexo GRATUITO como en Extremadura.

Mala cosa que el Conseller de Sanitat no haya abierto la boca para comentar el asunto. ¿Dónde está la pasta para promover estas subvenciones? Ah, es verdad, lo olvidaba, que hay que pagar a una agencia para que investigue en qué lengua hablan los médicos con sus pacientes.
Pero... ¿qué es lo que se subvenciona en Cataluña?
Veamos algunos ejemplos:
Subvenciones para iniciativas dirigidas a difundir y prestigiar la cultura y la lengua catalanas en la Catalunya Nord. Eso es Francia, ¿no? ¿Van a darle pasta a un gabacho por hablar en catalán y tú, mientras, pareciéndote el Cuñao? ¡¿En serio?!
Bien, a esto habrá que añadirle las millonarias subvenciones a la Plataforma Pro Seleccions Esportives, las Embajadas Catalanas... ¡no pensarías en serio que eso lo íbamos a pagar entre todos los españoles!
Míralo de este modo. No tendrás dientes pero, eso sí, ¡Catalunya jugará el Mundial de Bowling!

QUIERO: Que cuando vaya a comprar un ordenador a mis hijos, tenga una subvención igual que en Andalucía, País Vasco, Cantabria, Asturias etc.…
Lo dicho, el cupo de subvenciones no da para mucho más que chorradas identitarias y nacionalistas.

QUIERO: En definitiva, SER IGUAL QUE UN CIUDADANO EXTREMEÑO,
ANDALUZ, MANCHEGO, CASTELLANO O LEONÉS.


Y, claro, aquí ya me dio la risa. Me extraña muy mucho que todo un barcelonés o barcelonesa realmente esté pensando en ser igual que un castellano-leonés, que paga más ITV que él/ella.
Gran idea la de no mentar a madrileños, vascos, baleares, navarros o valencianos. No vaya a ser que, encima, los haya que dan más que él/ella y que además viven mejor.
Pero vamos, que si quieres ser igual que ellos, no puede ser más fácil: sólo tendrían que retirarse prácticamente todas las multinacionales de Cataluña, desmantelar el 90% de su industria, destruir el 60% de las infraestructuras, trasladar El Prat a Zaragoza y ya serán iguales -pero igualicos, eh!- que un extremeño, un andaluz o un manchego. ¿Hace?
"Como pensionista, tendré unos ingresos idénticos que cualquier otro semejante a mí." Como pensionista, dependerá de los años cotizados a la Seguridad Social, no de dónde provienes. Así que si no has dado un palo al agua en tu vida ingresarás los mismos 0 EUR que tus semejantes.

"Por eso, cuando yo sea IGUAL que todos los
españoles, con todo lo que me sobre, gustosamente

¡¡¡ SERÉ SOLIDARIO !!! "


Mientras tanto, lo soy a la fuerza. Qué gran detalle saberlo. Los habrá que lo tengan en cuenta.
Os agradeceré que deis la máxima difusión a este escrito, para acabar de una vez con tantos mitos, embustes y demagogia.
Yo me comprometo a darle toda la difusión que pueda porque no había visto tanto mito, embuste y demagogia junta en mucho tiempo.

"Que Zapatero publique ya las BALANZAS FISCALES! "

Paciencia, ya sólo quedan unos días. De momento Montilla ya ha publicado las suyas (y sólo las fiscales, habría que compararlas con las comerciales para ver el conjunto, pero me da que esas serán más difíciles de ver...) y veremos qué sorpresas nos deparará Solbes la semana que viene.
Me puede la emoción.
Y sí, va en serio, el tipo/tipa que escribió esto lo hizo plenamente convencido de hallarse ante unas injusticias terribles fruto de una insana opresión centralista.
Esto explica tantas cosas...

09 julio 2008

El Efecto Streisand

Seguramente habréis oído hablar de casos que, debido al revuelo creado a su alrededor, consiguen llamar la atención de la opinión pública cuando, en circunstancias normales, jamás saldrían de círculos íntimos, por lo que crea el efecto contrario al deseado (publicidad en lugar de discreción, etc).
A este fenómeno, multiplicado exponencialmente gracias a internet y su globalidad, se le llama el Efecto Streisand gracias a cierta cantante de renombre en USA (y cuya nariz es también antológica).

El primer caso, precisamente, fue debido a que un tipo sacó una fotografía de su casa y la publicó en su web. Hasta aquí, se puede entender que la diva se cogiera su buen globo y le demandara -pidiendo, de paso, la minucia de 50 millones de pavos-. El problema es que este pollo tiene publicadas en su web otras 11.999 fotos de la costa de California, debido a que realiza un estudio sobre la erosión costera.
Es decir, que en condiciones normales nadie se habría dado cuenta de que la casa de Barbra Streisand estaba a la vista de cualquiera en la web de un tipo absolutamente anodino y desconocido, oculta entre miles de fotos más.
Al realizar la demanda y que ésta saliera a la luz pública, la web de Kenneth Adelman -el interfecto en cuestión- recibió miles de visitas y, lo que es más, la única foto relevante de todo su material fue linkada (+1) otras tantas veces.

Otro ejemplo de Efecto Streisand lo encontramos, siguiendo la pauta, de nuevo en USA. En este caso referente a una empresa gigantesca (más que eso: la más grande del país y posiblemente del mundo) llamada Wal-Mart, que, para entendernos, vendría a ser El Corte Inglés pero (más entodavía) a lo bruto.

Vayamos a los antecedentes con los que conocer un poco de qué va la movida. Wal-Mart es conocida, además de por su monstruoso volumen de negocios, por su escandalosa política de sueldos y horarios de los trabajadores, por proveerse en países que utilizan mano de obra semi-esclava e infantil y por generar polémicos problemas de abastecimiento eléctrico en las poblaciones en las que tienen centros. Ésto último, por cierto, inspiró a Matt Groening un capítulo de Padre de Familia.
En este caso, otro tipo anodino y desconocido decidió crear un par de páginas web y vender camisetas a modo de parodia cambiando el nombre corporativo por otros que, a juicio del tipo, más se ajustaban con su filosofía de empresa.
Wal-Ocaust y Wal-Qaeda (no creo que haga falta traducción) fueron dos páginas sin tráfico.
Consiguió vender una camiseta (probablemente, a su hermano freak).
Cuando Wal-Mart lo denunció por violación del copyright de la marca, la dirección de las webs de marras salieron a la luz, provocando el Efecto Streisand: centenares de miles de visitas, camisetas vendidas a manta... etc. Bravo.
Detalle curioso: Wal-Mart decía ser el poseedor de los derechos de la cara sonriente (la mítica Smiley Face, cuya historia recomiendo leer por curiosa y rocambolesca) y por tanto la denuncia era doble. No sólo no era -ni es- el poseedor sino que, además, a resultas del juicio perdido todo el mundo sabe que quiso hacerlo suyo, montando otra polémica extra.

Aquí en España sonó (y mucho) el caso del secuestro de El Jueves y su portada de los Príncipes. Al hilo de una medida del Gobierno (2.500 pavos por hijo, medida cuya finalidad aparente era favorecer el crecimiento demográfico, en realidad puro electoralismo) fue aprovechada por Guillermo y Manel Fontdevila, dibujantes, para "satirizar" el asunto utilizando a unos personajes que no necesitarían la pasta.
Cuando alguien de la judicatura vio la revista, inmediatamente avisó al juez Del Olmo quien ordenó el secuestro (retirada de los kioscos) para evitar su difusión por considerar la portada una "injuria a la Corona" tipificada en el Código Penal. Al margen de la discutibilidad de tal delito, lo que se consiguió fue precisamente el efecto contrario (Efecto Streisand): todo el mundo vio la portada, medios internacionales se hicieron eco, El Jueves -una revista minoritaria que leo desde hace años, por cierto- aumentó sus ventas...
No sólo eso, consiguió que el revuelo fuera tal que, durante el juicio, el dibujante Guillermo pudiera decir con toda la tranquilidad del mundo algo así como que "no estaba dibujando a los Príncipes, sino a Tom Cruise y Katie Holmes pero no tengo talento". Y tan pancho.
_Es que es verdad, ¿de dónde sacas tú que son Felipe&Letizia?
Oh, aparte del comentario "esto será lo más parecido a trabajar que he hecho en mi vida" que aparece en la viñeta, no sé por qué nadie diría que esos dos son los Príncipes si, efectivamente, no se parecen en nada.
Jueces fachas, seguro.

Existen muchos más casos que hablan de la eficacia del Efecto Streisand. Casos que, con mayor o menor repercusión, consiguen que los interesados en silenciar un asunto que les perjudica o habla mal de ellos sea extendido a todo el mundo.

Precisamente, Tom Cruise también ha sido "víctima" de este ya temido Efecto cuando fue grabado en vídeo hablando de la Iglesia de la Cienciología de la que es miembro y pope. La propia secta quiso evitar su difusión intentando cerrar las páginas y retirar los vídeos en los que salía Cruise haciendo proselitismo. La respuesta, claro, fue masiva en sentido contrario.
Si éstos tipos se hubieran estado quietecitos probablemente el vídeo lo habrían visto unas pocas personas. Todo lo más, unos pocos miles.
En cambio, al querer eliminar un vídeo que podía resultar comprometido para sus fines provocó una verdadera oleada de adhesiones a un grupo llamado Proyecto Chanology nacido expresamente a raíz de este asunto.
Puritito Efecto Barbra, vive dios.

02 julio 2008

Antonio López

Antonio López es un pintor nada desconocido (para algunos), y menos ahora que es el brochagorda vivo que más cotiza, según Christie's.

Confieso que no sé mucho sobre este artista manchego. Es más, si alguien me preguntara quién demonios es Antonio López probablemente le hablaría del lateral izquierdo del Atleti. Así que no, supongo que no puedo decir que soy de esos intelectualoides que escuchan a Bach y saben distinguir el estilo Karajan del de la Filarmónica de Londres. Pero... hete aquí que el amigo pinta como los ángeles. Y Madrid parece ser su musa.

Por eso, es un tipo que tiene que caerme bien. De ahí que le dedique este hueco.

Esta maravilla del hiperrealismo español del siglo XX es la Avenida de América vista desde las Torres Blancas (referencia arquitectónica modernista, por cierto). Por este trozo de madera de casi un metro cuadrado se ha pagado la nada despreciable cifra de 1,38 millones de pounds (casi 2 de leuros, al cambio) en una subasta hace unos días. Lógicamente, no trasciende el nombre del potentado inversor, aunque no creo que sea cheli o, si lo es, hace tiempo que no se ha dado una vuelta por aquí. Con lo que ha cambiado este mismo paisaje de entonces -fue pintado entre el 76 y el 82 a razón de pincelada por día- a ahora, no sería extraño que fuera un nostálgico de la Movida. A fin de cuentas, aquí empezó todo.
[Detalle curioso: el momento cumbre de la Movida, el "Concierto de Primavera" tuvo lugar 7 días antes de que yo llegara al mundo. Revelador... ¡eso explica muchas cosas, mamá!]
La obra tiene varias curiosidades técnicas que no se tienen en cuenta en el conjunto estético. Inscripciones aquí y allá, abstractismo en las azoteas, anotaciones... parece ser que la parte más complicada de pintar fue el cielo, de ahí que el pintor escogiera los días 21 de cada mes de calor (entre abril y agosto) para captar sin demasiadas diferencias este cielo que nos hace especialitos. Bueno, eso y el agua. Que no la hay como en Madrid... cuando la hay.

Esta otra pieza es también de las más conocidas del autor (cosecha del 81, obviamente, la mejor por mucho que a los enólogos les dé por opinar que la del 82 no tiene parangón, se jodan) y refleja como si fuera una fotografía tomada después de una noche de pedo loco la Gran Vía vista desde Alcalá. Es una pena que la instantánea no pillara el Edificio Metrópolis, que según esta perspectiva quedaría algo más a la izquierda del encuadre, tras la calle Caballero de Gracia que flanquea Gran Vía 1.
Lo mejor del hiperrealismo es precisamente eso, que parece que estás viendo una foto cuando, en realidad, está hecho a mano. Se necesita un talento y unas cualidades técnicas increíbles para lograr tanto detallismo, ¿o no? Fijáos en la calzada. Hace 27 años estaba igual de pocha que ahora, aunque el luminoso de Gran Vía 1 ya no es de Piaget sino de Rolex (no, ciertamente, no cambia demasiado el tema). Eso es lo que más admiro de la pintura moderna (y no tan moderna, ved si no La Lechera de Vermeer) y por eso no consigo ver mucho arte en el dadaísmo o el impresionismo francés. Pues sí, Van Gogh me parece insulso. Gauguin, infumable. Miró, incomprensible. En cambio, Richter me encanta.
Sé que esta tendencia no es de las más populares. Que pintar realismo no refleja sentimientos ni evoca pensamiento alguno. Que no transmite. Es como mirar una foto y poco más, vaya. Po fale.
No creo que eso sea discutible. Pero a mí me resulta mucho más evocador ver un cuadro que plasme un lugar que me he pateado cientos de veces, con todos los recuerdos y emociones que eso implica; antes que un girasol, un galimatías incomprensible o meros trazos hechos bajo vete tú a saber qué criterios que a mí, personalmente, no me llegan.
Será que soy rarito. O será que soy madrileño.

01 julio 2008

Todos fachas

Después de todo, tengo que reconocer que en todo lo que a la Selección se refiere siempre he sido un pesimista coñazo. Que si no pasaremos de cuartos, que si haremos el ridículo, que si tal y que si Pascual.

Pura superstición y superchería, por otra parte. Conjurar a todos los elementos negativos y convocarlos mirando hacia mí para que su mala influencia no afectara lo que realmente importa, esa era y ha sido siempre la consigna.
Funcionó. No hizo falta que creyera que Rusia nos iba a ganar, nunca lo creí posible. Pero sí admito que contra Alemania no las tenía nada -pero nada- conmigo.

Además, estaba El Gafe en el palco.
Ya. Será porque toda la suerte que tú tienes -que nadie te discute, señor Soy El Presidente del Gobierno- la consigues quitándosela a los que tienes a tu alrededor. Pregunta por ahí, pregunta.
Pero andábamos hablando de fútbol y de una Eurocopa que ha sobrepasado cualquiera de las expectativas reales y realísticas que hubiéramos podido formularnos.
Venga, no vayamos ahora de sobraos, que andábamos temblando en cuartos pensando que, una vez más, ahí acabaría el cuento como lo hizo siempre. Que no fuera así y que no sólo nos plantáramos en la final sino que, además, la ganáramos como lo hicimos no hace sino darle a la Historia el punto épico que todo hito merece.
Porque... vaya partidos, amigos. Salvo, precisamente, el que nos enfrentaba con nuestra maldición por partida doble. Ahí demostramos que el miedo es un factor determinante hasta en un deporte como el fútbol. O, quizás, particularmente en el fútbol.

Y ganamos. 44 años después volvemos a llevarnos una copa de selecciones a la buchaca. Ya tardaban, aunque no deja de ser curioso -y hasta con un regustillo esotérico- que el doble de esa cifra fuera la de otra de nuestras maldiciones también rota: el hueso italiano.
Así las cosas, no es de extrañar que las celebraciones fueran realmente sentidas y desaforadas. El anhelo por celebrar en libertad un triunfo a nivel nacional superaba cualquier registro conocido, de ahí nuestro atávico pesimismo y el miedo que nos atenaza cada vez que podemos hacer algo grande.
_¡Pudimos! ¡Somos campeones!
Y, además, merecidamente.

La prueba del pastel de todo lo que digo no está sólo en cómo han reaccionado algunos administrados a las gilipolleces de algunos jerifaltes de estrechas miras y nula capacidad de discernimiento serio. Gilipolleces que, por otra parte, hasta tienen su sentido si tenemos en cuenta que a un político nacionalista y secesionista no le puedes pedir de la noche a la mañana que se ponga a gritar "¡Viva España!"... pero de eso ya hablé el otro día y no quiero darles más carrete, que bastante tienen con tener que tragarse el sapo.
A quien sí quiero dedicar mi punto de vista es a aquellos que enarbolan banderas rojigualdas con deleite mientras gritan su mantra de liberación:
_¡Jodéos, fachas, hoy somos todos rojos!
Cierto, aunque yo sigo pensando que La Furia suena mucho mejor que La Roja, por mucho que a Cuatro le convenga éste último.
_¡La bandera ya no es de ultraderechistas!
Veamos. La bandera nunca fue de fachas. Otra cosa es que sólo ellos supieran y quisieran llevarlas y ondearlas orgullosos en cualquier momento. La rojigualda siempre fue de todos y está abierta a todos aquellos que, no siendo -lógicamente- independentistas o facciosos, quieran sentirse parte de ellas. Por algo es la bandera oficial.
_Ya, pero es que Franco...
Sí, es la eterna "excusa" (hasta cierto punto comprensible). Reducirlo todo a una cuestión que murió -de viejo, además- hace más de 30 años. Que ya huele.
_Pero es que ese trapo nos fue impuesto...
¿Nos? ¿A quiénes? ¿Por quiénes?
_A los progresistas, por los fachas...
¿Suárez, facha? ¿El PSOE del 75, progre? ¿Los ponentes de la Constitución (PSOE y CiU incluidos), fachas?
Ahora es cuando alguien se ríe, o algo... ¿no?

En 14 años de felipismo a nadie se le ocurrió la idea de cambiar la bandera para que dejara de ser facha. Claro que, por aquél entonces, a ningún progresista se le ocurría sacar el trapo. Ni siquiera dejar traslucir que se tenía uno. Después de todo, la que mola es la tricolor.
_¡Porque es la legítima, emanada de un gobierno legítimo y democrático que...!
Ya, ya. Que ya nos conocemos la historia. ¿La cambiaron? No. Pues eso.
Luego llegaron los fachas al poder -y qué fachas, todo unos dóbermans, los tíos- y, lógicamente, a ellos tampoco les dio por cambiarlo.
_Ya, ellos querrían poner la del pollo, como si no nos conociéramos todos.
Ajá. Pues... pudiendo, tampoco lo hicieron.
_¿Para qué iban a hacerlo, si ya se han apropiado de la rojigualda?
Me lo expliquen.
_Es sencillo: si vas ostentando los colores de España, eres un facha.
¿Por qué?
_Porque esa bandera sólo representa a una parte de la sociedad española.
Entiendo. ¿Y siempre fuimos gobernados por esa pequeña minoría?
_No, de hecho la izquierda, desde que estamos en democracia, arrasa salvo aquellos 8 años infaustos de Aznar a.k.a. Yooors a.k.a. Hablo Catalán En La Intimidad Y Pongo Acentos Grotescos De Todos Los Demás.
Bien, y entonces... si habiendo estado tanto tiempo mandando -presuponemos que con el suficiente apoyo de votos como para sentirse tranquilos- sin haber propuesto un cambio de colorido o de diseño del trapo... ¿no es una forma tácita de aceptar esa bandera también como progresista?
_Qué tácita ni qué tácita. Es facha y punto.

Pues nada. Todos fachas.