30 julio 2009

Picoletos y mafiosos

Una vez me contaron una historia de esas que te hace esbozar una sonrisa de admiración. Había una vez un empresario que recibió una carta entre otras muchas. En ella, unos tipos que se decían luchadores por la libertad de no sé qué pueblo le pedían un "impuesto revolucionario" para sostener la causa y blabla. Que si no lo hacía, su vida y la de sus familiares podría correr serio peligro.
Él no abrió la boca, ni para protestar ni para dar vivas o mueras. Simplemente cogió el teléfono y marcó unos pocos números. Al otro lado de la línea, una voz seca respondió:
_¿Pronto?
Días después, el empresario dio una rueda de prensa a la que apenas acudió gente, pues no era alguien que llamara especialmente la atención. Pero los que fueron se quedaron tan impresionados que no fueron capaces de volver a sus redacciones a publicar la noticia:
_Señoras y señores, he recibido una de esas cartas de extorsión tan conocidas. No han escogido bien a quién amenazar. Tan sólo diré que sé quiénes me la han mandado. No sólo eso. También tengo los nombres y las direcciones de sus familiares y amigos más cercanos. Ya se sabe que en los pueblos pequeños nos conocemos todos. Si me ocurre algo a mí o a alguien de mi familia, unos amigos míos tienen instrucciones precisas y pagadas para... bueno, equilibrar la balanza según ellos lo crean conveniente.
Cuentan que a aquél empresario no volvieron a llegarle más cartas.

Cuando me he enterado del segundo atentado en apenas dos días de estos mierdecillas, recordé aquella historia. Hoy han muerto dos hombres de esos que cobran un dinero que no justifica jugarse el cuello. Dos tipos aún anónimos -ya les pondremos nombre, apellidos y cara para no olvidarlos- cuya profesión sólo se paga con dinero aunque no se dedican a ello sólo por el sueldo. Hay algo más, un intangible que muchos podemos comprender mejor o peor pero que, quizá por ese mismo motivo, respetamos más que a ningún otro.
Nos cagamos todos en la Guardia Civil cuando nos paran en mitad de la carretera para freírnos a multas. Nos cagamos en sus caras serias y tonos distantes, algunos arrogantes, que ponen cuando nos hablan. Nos ponemos en alerta cuando se acercan. No les invitamos a una ronda si paran en el mismo bar.
Pero todos y cada uno de nosotros sabemos que si están cerca, nos sentimos seguros. Sabemos que son los primeros en partirse la cara (y, lo que es peor, dejársela) por nosotros. Sabemos que ellos van a por los malos. Porque sabemos quiénes son los malos, ¿verdad?

Recuerdo otra historia. Una en la que unos montañeros se perdieron cuando subían por Sierra Nevada. El Grupo de Montaña de esa misma Guardia Civil subió a rescatarles con el tiempo justo para no quedarse ahí arriba para siempre. Al bajarles al hospital supieron que eran un par de etarras de vacaciones. Ninguno volvió con el arma reglamentaria a terminar lo que empezó la montaña.
Conozco mucha gente que no aguanta a los picoletos. Hay gente que les llama torturadores. Hay gente que los toma por invasores. Gente que está dispuesta a verlos muertos. Gente a la que le da igual si hay en el mundo un par de personas menos si éstas llevan mangas verdes y tricornio. Gente que hace ya años que no pueden contraponer unas víctimas por otras. Y menos cuando ponen bombas en casas con niños a sabiendas.
Bastardos mierdas, ellos. Malas putas, ellas. Engendros, lo que procrean.

A todos nos llega un momento en el que preguntarnos qué sentido tiene emitir mensajes de condena y concentraciones de repulsa. A todos nos llega preguntarnos si el pacifismo gandhiano sirve en un país forjado en sangre y con carácter como éste. Siempre nos asalta, durante sólo un momento, la duda de si no será otro el camino a emprender.
Pero no queremos ser como esos... se me acaban los adjetivos porque no hay insulto lo bastante profundo que pueda describirlos con precisión. No queremos ni siquiera que nos asocien con gente como esa. Lo más bajo de cualquier escala humana.

No siempre fue así, y los que ayer les jaleaban hoy se callan muy mucho de recordarlo. Sigue habiendo gente que entiende lo que hacen, que no se atreven a decir lo que piensan en realidad. Que musitan un "bravo" justo después de gritar el "¡condeno!" con el que quedar bien con todo el mundo. Sigue habiendo gente que intenta dar justificación al asesinato. Que busca arrimar el ascua a su sardina pidiendo autodeterminaciones o suspensiones de autonomía o penas de muerte. ¿Muerte? ¿Más muerte aún?
A todos aquellos os dedico mi mayor desprecio y mi advertencia: no toquéis a los míos.
Yo también tengo teléfono.

23 julio 2009

Gibraltar, su mujer y otras cosas del comer

A lo mejor soy uno de esos puntillosos que le da por pensar demasiado las cosas, pero ¿soy el único al que le choca que a los habitantes de un peñasco les llamen "llanitos"?
Debe ser esa mezcla extraña entre humor inglés y un chiste de Lepe que caracteriza a la cultura del único trocito de España que no es España.
Casi 300 años ya llevamos de reivindicaciones, negociaciones, tiras, aflojas, risas y lo que no son risas. Un rato largo para tan poquita cosa.
Nunca una almorrana (y nunca mejor dicho viendo dónde está exactamente Gibraltar) dolió tanto durante tanto tiempo sin que el Hemoal de turno sirviera de nada... aunque no en silencio.

Casi 300 años ya llevábamos también sin que un menestro de la casa quisiera darse un paseo por esas calles repletitas de estancos y bancos, de los de sentarse y de los otros.
Se ve que a Miguel Ángel le habían chafado el plan a última hora de la partida con los ex-compañeros de la mili y decidió ir a ver si era verdad eso de que en Gibraltar el tabaco está tan barato. Y, ya que estaba, pues oye, visita oficial que además es la primera que hace un alto funcionario hispano. Con lo que viste ser siempre el primero, ¿a que sí, Buzz?












Torrijos haciendo amigos

Así que allá se fue el bueno de Miguel, que hacía mucho tiempo que no salía, el probe, y como no quería ir de turista llamó a un par de colegas que conocía del chat de la OTAN, StiffUpperLip66 (Miliband) y Demolition_Pisha_UK4Ever (Caruana) para que le enseñaran los monos de la cima, que se decía estaban muy graciosos cuando se asomaban sobre los cañones.
Pero claro, no puedes hacer esa clase de cosas y esperar que la gente te dé palmaditas en la espalda. Y menos cuando no has tenido un detalle con ellos, ni un mal paquete de Rothman's. Se que ve a Moratinos no le quedaba cambio.
Así que se lió una gorda. La "visita histórica" con la que abrieron los periódicos de la Pérfida Albión aquí se tomaron como una muestra más del cachondeo que se traen allí arriba las cosas tan nuestras. Porque para todo buen españolito -"de bien", como dicen los carcas, los fachas y los carlistones- Gibraltar no es otra cosa que española. Y que un Ministro de Exteriores se pasee por España queda así como bizarro, ¿verdad?

Cuando Franco, se podía entender algo parecido. Ya que éramos la unidad de destino en lo universal, qué menos que andar dando el coñazo con la unidad que no andaba por el mismo destino, por mucho que casi todo llanito fuera a la universidad de Madrid. Ahora que somos amigos de los ingleses -con lo que cuesta ser amigos de gente así, hombre ya- y puesto que a ningún gibraltareño (salvo el facha que siempre hay en todas partes y que en este caso se llama Manolo Smith) le apetece sacarse el DNI, me parece que la postura de siempre está un poco fuera de lugar.
_¡Antiespañol, ¿tú?!
Ni un poquito. Lo que pasa es que de qué sirve reclamar seis kilómetros de piedra si los que la ocupan no están por la labor. No así, al menos.
Ya lo dijo Pancho Villa, "háganme el rechingadísimo favor". Empecemos con algo más light y de llevar por casa, como la soberanía compartida -como Andorra pero en oficial- sabiendo que las comparaciones son odiosas y que no deja de ser una colonia británica en pleno siglo XXI, con lo mal que huele eso. Si fuera de París, todavía...

Además, ¿no dice el sabio eso de "a traidor, traidor y medio"? Pues hagamos como ellos. Digamos a todo que sí con una amplia sonrisa en la cara, lleguemos a acuerdos y luego hagamos lo que nos salga del nabo.
Ya lo hicieron tomando el itsmo porque "qué más nos iba a dar un metro más o menos, man please", o cuando montaron el aeropuerto o ahora que quieren tener aguas territoriales y montar una cacho urbanización en suelo extranjero. Shit yourself, little parrot.
Si es que el estilo inglés es cojonudo. Y eficiente, a juzgar por cómo hemos reaccionado siempre: exacto. Nada.
Así, si llega un tipo y en la cima cambia la Union Jack por la rojigualda y alguien le pregunta que qué hace, el interfecto podría poner la típica cara inglesa (todos la conocéis, no hace falta detallar) y decir:
_¿Pero qué me dice? Si eso lleva ahí años.
Y así es como recuperaremos Gibraltar. De nada.

19 julio 2009

Mardita piratería

Espero como agua de mayo el estreno de la última película de John Woo, "Red Cliff", una peli de chinos con miles de chinos dándose de hostias a lo chino por territorio chino a causa de una mujer china. Achinaditos tengo los ojos esperando a que llegue... porque llegará, ¿verdad?
Pues no está tan claro. La lamentable política de estrenos que se sigue en este país -probablemente diseñada por un mono y secundada por babuínos- consigue que nunca sepamos con seguridad qué películas llegarán y, sobre todo, cuándo.
Luego, eso sí, se escuchan lloriqueos por parte de los de siempre diciendo eso de "si es que ya no va nadie al cine". ¿Pero cómo, si para cuando se dignan a sacar la película de turno aquí ya tienes la versión subtitulada en calidad DVD por internet? Mardita piratería.

Ya no se puede poner como excusa eso de que "es que los rollos con las películas tardan mucho en venir desde Hollywood porque vienen en barco y claro, eso requiere su tiempo". Tampoco comprendo muy bien el retraso histórico respecto a países cercanos como Francia o Italia, donde todos los estrenos llegan como mínimo seis meses antes.
No me faltan ejemplos. Sin ir más lejos, esta última de Woo -la más cara hasta la fecha del cine asiático- se estrenó en las salas francesas... ¡en marzo! En Grecia en abril, en Lituania en mayo, en UK en junio... ¿y aquí? Tripictures, la distribuidora por estos pagos, ni siquiera se atreve a poner una fecha.
Salvo estrenos mundiales del tipo Harry Potter o las animaladas de Disney, aquí hace falta esperar como mínimo un año si lo que quieres es ver una peli en butaca y pantalla pluscuamgigante. Eso, si la impaciencia -o la casualidad- no te hace bajártela de un tipo ruso que copió el DVD (sí, en Rusia también llegan antes las películas del demonio yankee imperialista) del cual un erasmus se encargó de doblarlo hasta arriba de vodka. Hasta les da tiempo a sacar el DVD en medio mundo. Mardita piratería.

Parece ser que el rollo ese de la globalización y el mercado único sigue teniendo deshonrosas excepciones. Aquí se estrena cuando a aquél le dé la gana y no antes. Cierran cines de barrio y se amontonan los multicines en las periferias y extrarradios con 25 salas pero no, no hay hueco para las novedades porque antes hay que explotar las que compraron hace seis meses que a su vez no pudieron sacar a su tiempo porque tenían pendientes otras con otros seis meses de retraso que a su vez... y así hasta donde os plazca. Ni siquiera el cine español se libra de este endémico retraso: la última de Amenábar, terminada hace ya un rato, no verá la luz hasta... ¡octubre! De este año, eso sí. Que es ci-nes-pa-ñol.

Así, en cualquier sitio internetero de medio pelo tienes ya a tu disposición Sniper, Ong Bak 2, Crank 2, Asalto al Tren Pelham, Imago Mortis, Versailles, la última de Von Trier (Anticristo), American Playboy, o la mejor película de Sundance del año pasado (Frozen River) que para no resultar sospechoso aquí no luce hasta septiembre. Mardita piratería.

¿Y Manolete? Esa película de Adrien Brody y Pe que iba a revolucionar el cinespañol allá por el 2006... ¿se sabe algo de ella? Sólo que "ahí está", "ya saldrá" cuando al mono -que elige los estrenos por el colorido de las carátulas o por el tamaño del plátano que tiene cada cinta encima- le dé por dejar de rascarse la cabeza.
Mardita piratería.

17 julio 2009

Catalanofagia

Ya me lo decía el camarero de mi tugurio favorito, "no hay más cera que la que arde". Un sabio.
El tema del reparto de la paga semanal entre los 17 hermanos y primos prometía su guerra y aquí la tenemos, sobre todo cuando papá España decidió que ya era hora que al primo catalán le tocaran unos cuantos eurillos más para poder pagarse el motel cuando pillara cacho.
A nadie le molestaría si no fuera por toda la cola que trae un reparto de suma cero: lo que se da a uno se le deja de dar a otro. No puedes disponer de tarta y media cuando sólo tienes una.

Así que papá decidió aumentar un poquito más (11.000 millones de nada, unas 110 veces el fichaje de CR9) la asignación, para poder darle a todo el mundo -sobre todo, a uno en concreto- un plus con el que pagarse los copetes... ¿copetes, dije?
Ah, aquí está el problema. Y la catalanofagia.
Porque resulta que el primo catalán dice que esa interesante asignación (unos 3.800 millones en el 2012) servirán para las reformas de su habitación, que la tiene hecha unos zorros. Cercanías, carreteras, hospitales, colegios... vamos, todo lo que viene siendo medianamente normal en un país del llamado Primer Mundo.
Los hermanos y primos que viven de papá España, que no tienen un pelo de tontos, dicen que ya, claro. Que tanto pitote viene por pulirse la pasta en trastos de belleza y caprichos sin sentido, como embajadas en el Rockefeller Center de NYC y otras 46 (¡¡46!!) ciudades más, informes pagados a precio de adamantium que al final ni se hacen, plataformas pro selecciones propias... vamos, todo lo que viene siendo medianamente normal en un caradura del Primer Mundo.

Entonces llegan los tipos que disfrutan envolviéndose en banderas y gritan "¡catalanofobia!". Una palabra con poderes sobrenaturales que consigue callar a las masas e incluso acercar a los más tímidos, y es que nadie quiere parecer lo que en realidad nadie es.
Dicen que el PP es anticatalán porque protesta más que ningún otro. Que en sus palabras se destila catalanofobia y que poco más y alientan la limpieza étnica. Luego se extrañan (y se enfadan) si algún iluminado los compara con los judíos y no sólo por el tema del vil metal. Ese mismo discursito utilizan los mandamases de Yisra'el cada vez que alguien mete baza en el "conflicto" de Palestina. Y también funciona.
_Tío, no me compares el asesinato de civiles y ocupación militar con reivindicaciones nacionalistas más o menos legítimas.
No se me ocurre. Tampoco soy yo el que utiliza el lenguaje -"catalanofobia"- para contraatacar y justificar así lo que difícilmente es justificable.
¿No suena fuerte "antisemita"? ¿No nos recuerda a escenas inhumanas y dantescas? Ein Reich, ein Führer... ¿a crímenes contra la humanidad en Auschwitz, Sachsenhausen o Buchenwald? Entonces... ¿por qué "anticatalán" va a resultar tan sencillo de utilizar? Si te expones a utilizarlo como arma política y arrojadiza, luego no protestes si se buscan -y se encuentran- odiosas comparaciones.
De hecho, esa es la idea. Asociar a un partido de derechas con un régimen nacionalsocialista. Identificar unas siglas (PP) con otras (NSDAP) para poder así reunirlos a todos en un único concepto englobador y aislante: fascistas. Y es que es así de fácil, ¿a que sí?

Libradme de etiquetas ideológicas o posiciones partidistas. No necesito ser fiel a un partido para sentirme fiel a mí mismo. Pero tampoco esperéis que defienda argumentos que son muchas cosas, menos argumentos.

Ya sabemos todos que por dinero se hacen muchas cosas. Algunas, hasta malas. No descubriré la pólvora por nadie cuando digo que los sicarios, políticos, putas, brokers, narcos y la prez de la humanidad hace lo que hace porque en realidad era su vocación de pequeñito y lo haría gratis pero que, ya que pagan (y muy bien), pues qué menos que aprovecharlo.
A mí me resulta francamente difícil de defender la posición catalanista. Una comunidad con cuatro canales de televisión pública -no son baratos y, por ejemplo, Madrid "sólo" tiene dos-, cuatro emisoras de radio pública -mismo ejemplo: Madrid no tiene-, un cuerpo de policía propio -Madrid cero coma cinco-, los sueldos de cargos públicos más altos de toda España, que gestiona el 50% del IVA recaudado allí (y digo bien, allí, no en toda España) y es bastante dinerito, con "embajadas" en las mayores (y más caras) capitales del mundo junto con toda la tropa que vive de ellas... ¿resulta que no tiene dinero para hospitales o escuelas? Pues no me extraña. Lo raro es que no les hayan cortado la luz o les visite el Monasterio del Cobro.

Resulta que decir todo esto es catalanófogo. Eres anticatalán como eres antiespañol si no te gustan los toros: un genuina gilipollez.
A mí me parece muy bien que una comunidad con pasta suficiente para pagarse sus vicios y caprichos quiera más para pagar todo lo que es más necesario sin renunciar a lo anterior. Cualquiera con dos dedos de frente lo querría y en el fondo todos buscamos lo mismo. Lo que no puede ser es que si alguien protesta porque se siente agraviado sea acusado de catalanofagia. Que a lo mejor también quiere pagarse algún capricho.
_¡Pues no a la meva costa! ¡Que estic fart de pagar a andaluces y extremeños y sus PER! Antes pago una embajada en Manila.
_¡Y las autopistes! ¡Volem las viejas autovías con sus tramos peligrosos pero gratuitos!
_¡Y a gent que me cae mal, como los taurinos que no son de José Tomás!
Es que, por si alguien aún no se había enterado, ellos son los únicos que se mantienen y nos mantienen a todos. De hecho, España se podría llamar Gran Cataluña si no fuera por los imperialistas castellanos, insaciables ellos.
Ah, la catalanofagia. Qué gran invento.

15 julio 2009

Canciones con anuncio

Ya es oficial, mi portátil Asus está terminal a la tierna edad de 1,5 años.

Y así llegamos a la idea tonta del día. Comentar anuncios. Así, sin películas que estropear en el mejor momento ni nada. Que como das una patada al suelo y te sale un crítico de cine, buenos estamos para criticar lo que nadie se atreve a hacerlo.
Eso sí, probablemente nunca más pueda volver a entrar en el mundillo... pero, ¿quién dijo miedo?




Rocky + Sister Act = Fuga de Cerebros

A Mutua Madrileña (y a su agencia, Tapsa) le entró la prisa por reaccionar ante el empuje de Axa y su "reinventemos los seguros" y debieron de pensar 'tate, ahora que el Stallone vuelve a estar de moda con los revivals de todos sus clásicos, ¿por qué no aprovecharlo?'. Eso sí, dándole el toque clásico de anuncio de sonrisas, caras felices y, ya que estamos, orgullo por demostrar que uno es mutualista hasta la muerte. Como ser del Atleti pero sin sufrir cada 15 días.
Así que pergeñaron esta idea, que si se hubiera quedado aquí habría quedado muy resultona. Pero para qué esforzarse más pudiendo estirar el concepto hasta el paroxismo, ¿verdad, G?
Así que el mismo coro que revienta el "Eye of the Tiger" de los Survivor comprueba maravillado cómo, cantando el mítico riff, se arreglan todos los problemas. ¿Un arañazo? ¿Un pedrolo del tamaño de la cabeza de Risto? ¿Un árbol en mitad de la nada? Pues para qué maniobrar y pasarlo de costado pudiendo hacer el ridículo cantando a pleno pulmón y, por los poderes de Greyskull la Mutua, hacer que el obstáculo desaparezca. Bueno, en realidad no desaparece, sino que se hace así como manejable.
La pregunta es... ¿vale con personas? ¿Le cantas un "Soy" a Bud Spencer y se transforma en Galindo? Deberían probar a ver.
Pero si ya eran un rato malos los nuevos de la Mutua, no os quiero ni contar los que sacaron los chicos de Publicis con Direct Seguros (los de la flecha y 'ahí me han dao'). Que la idea inicial podía tener su gracia, pero esto se ve demasiado lejos que es un intento -más infantil y low cost- de seguir la estela de la Mutua. Cancioncita pegadiza con la que buscar "complicidad" (pero en vez de un temazo, una cantinela infantiloide como "Vamos de Paseo") con un mensaje directo (?) y caras sonrientes (!). Claro, es que en realidad todo conductor que se precie de serlo inventa canciones cantando las excelencias de su seguro. Los taxistas de Madrid tienen unas cuantas que le subirían los colores hasta a María Lapiedra.
Que la crisis es de pasta, no de ideas... ¿o también?

Pero, sin movernos del recurso a los jingles -canciones para los neófitos- facilones que intentan darle valor a un anuncio que, sin él, no lo tendría... ahí van unos cuantos ejemplos más:

Yo soy aquél (Raphael)


¿Quererte? ¿Adorarte? Alguno desfilaba en carroza no hace mucho...

Ojito que la cosa se pone hardcore. Raphael, Ramón García... y Lola. Qué tendrá Uruguay para que últimamente sea el destino preferido por publicistas para irse 2 semanas a rodar por allí. ¿Crisis, dijimos? ¿Qué crisis? Para ir a Punta Ballena a cantar viejos clásicos nunca falta dinero, y menos si es para publicitar un refresco que "dice" ser natural. Vale, el anuncio resalta. Es de los que no te saltas aunque sólo sea por oír los violines de fondo. Y que la que no aguanta a los fans del pobre Ramón (¿le habrán pagado algo por hundirle del todo?) me resulta familiar. Y que el detalle de "Certi" para reírse de Tuenti me encantó. Pero para ir de naturales mejor trincar a Don Simón, que es un señor al que le gusta mucho andarse de hostias con todo el que intente venderse como "natural". Eso sí que sería divertido.

Un telegrama (Mona Bell)


Todos lo sabemos porque no hay quién os haga callar

Que ING ha conseguido por méritos propios ser la marca más coñazo que se puede recordar también lo sabíamos todos. No importa la hora, el canal o el programa que interrumpe... ahí estaba Olga Viza contándonos la vida de un tipo que se quería comprar un ordenador con 400 leuros (!!!) o dramatizaciones de esas en las que, por cierto, sale un tipo que ya ha hecho cientos de anuncios y tiene menos credibilidad que Cristiano Ronaldo en una quedada de Forocoches.
Pero vale, volvieron a intentarlo. A Sra. Rushmore le pareció que quizá sería un buen momento para redefinir la estrategia de comunicación (sólo han tenido que pasar 2 años y saturarnos un poco) y qué mejor manera que subirse al carro de las canciones con estrella. Pero se estrellaron. La novedad tiene su gracia la primera vez. Pero como el bombardeo sigue siendo constante, acabas teniendo ganas de gritarle a la tele "pues ponte un pin por vidente y otro a L por cansina".

We are the world


¿Quién dijo que el dinero no da la felicidad?

Dicen que siempre toca. Que hay peñas y empresas especializadas que viven de esto. Que todo el mundo conoce a alguien cuya suegra tiene una compañera de canasta que sabe que a la prima de la peluquera le tocó una vez, en el 96.
Pero no, amigos. We are the world y we are the children porque seguro, seguro que a alguno de los premiados le da por donar el premio a esos children. So, let's start giving, ¿a que sí?
El tipo de Delvico que se le ocurrió reversionar la canción más inoportuna para lo que pretende transmitir el anuncio seguro que se sabe también la letra. Y la canta en la ducha. Con la misma cara que el del caballo. ¿Llevaba, por cierto, más caballo dentro?

Aserrín, aserrán


... y el Plus p'al salón

Ya para terminar; ¿por qué no revisitar un clásico de tatas? Que este también sea de Delvico no les hace doblemente culpables, seguro que hay una explicación de lo más convincente para ir del rollo hippie-abuelesco anunciando sorteos de dinero. ¿O es que costaba encontrar algo que rimara con Juan? Con lo bien que quedaron poniendo el "Final Countdown"... claro que sin el calvo nunca será lo mismo.
Eso sí, el dueto tiene su qué. Con dos cojones.

09 julio 2009

Días torcidos

Autocompasivos y deprimentes. Malhumorados y apáticos. Tristes rémoras con los que contrastar los días para recordar. Un mal día lo tiene cualquiera. Una racha tonta ocurre siempre tras una buena. Pero los días torcidos... ah, esos son excepcionales.

Los días así se adivinan nada más abrir un ojo, ese que te costó tanto cerrar porque el vecino con el que compartes pared de pladur necesita tener puesto el vallenato hasta las cuatro de la mañana. Cuando lo abres ha cambiado el registro a bachata. Nunca creí que aprendería de música caribeña sin moverme de mi propia cama.
Sin embargo, la primera pista genuina de lo que promete ser un día negro afro llega con el regusto del primer sorbo de café. Aguado, insulso y prescindible.
La prensa no anima. Se ve que hoy, jueves post-chupinazo, apenas hay nada digno de contar. Que si se presenta Benzema, que si Joan sigue tri-intranquilo, que si Conte deja Iberia [1][2][3] (noticia de interés mundial que, lógicamente, todo el mundo ansía saber porque Conte es... es... ¿quién pelotes es Conte?).

Así que te crujes los dedos dispuesto a ponerte a hacer algo de provecho con el tiempo que se te ha dado y te encuentras con que no sabes qué hacer con él. Es el problema de tener mil cosas en la cabeza y ninguna prioridad particular por llevarlas a cabo ordenadamente, por lo que la mente te manda a tomar por el culo y se conforma con una película de autor ("La Clase") y un par de capítulos de Family Guy. Ya se verá luego si apetece algo mejor.
Como todo buen día torcido, al llegar la hora de comer no te encuentras en la nevera con nada apetecible, y eso que eres tú el que hace la compra. Valiente ironía con la subyacente cuestión a plantearse: ¿ahora resulta que ni yo mismo me conozco?
Terminas comiendo lo que queda de un paquete de lechuga sin tenerlas todas contigo. Ligeramente despechado y sabiendo de antemano cómo se planteará la tarde a menos que un milagro le ponga remedio -milagro que, lógicamente, no llega- mi habitual estado antisocial alcanza su punto crítico. Me encierro del mundo y dejo que continúe su marcha sin contar conmigo. Total, para cuatro ladridos que pensaba pegar, mejor guardármelos para no tener que arrepentirme después. Eso sí, al menos tengo el buen gusto de no cerrar las persianas. Más que nada, porque no tengo.

Fiajos si estoy de malas que ni siquiera me sale reírme de mí mismo.
Pronto hará un año que dejé de cotizar a la Seguridad Social y aproximadamente once meses y veintinueve días que dejé de buscar trabajo. Ah, pues sí, sí que puedo seguir siendo cínico después de todo.
Menos mal. Por un momento hasta creí que me estaba reformando.