17 diciembre 2008

Condones II


No hace ni un mes me dio por sacar a colación el tema de anuncios de condones y resulta que van los de Sanidad y sacan esto.
_¿No sabes que está feo eso de autocitarse?
Es que la ocasión lo merece. Esta es una de esas campañas cuya intención es buena, pero que la ejecución deja mucho que desear.
Recuerdo el momento en que salió a concurso, hace cosa de seis meses. Entonces estaba en RNL y rechazamos presentarnos porque no teníamos idea de cómo enfocar adecuadamente el tema. Los chicos de BAP & Conde debieron imaginar que ellos sí que sabrían hacerlo, y Bernat estuvo de acuerdo (en realidad él no, a los medios les encanta creer que el Ministro es omnipresente y omnisciente, pero para eso tienen sus gabinetes de comunicación).

La cosa va así: para promover el uso de preservativos en las relaciones entre menores y no tan menores (un público difícil de antemano) hay que realizar una campaña lo bastante agresiva como para poder llamar la atención y concienciar acerca de lo útiles que son los condones.
Ah, pero es que el responsable es papá Estado. Y si hay algo que caracteriza a papuchi es que sólo se suelta la melena cuando se trata de cosas jebis, como no ahorrar casquería en accidentes de tráfico (atención a los dos primeros, inglés y francés respectivamente), pero no cuando, por ejemplo, se toca el tema de las drogas o el sexo.
_Eh, los anuncios de la FAD molan.
Pero la FAD no es el Gobierno. Éstos ya tienen sus campañas del Plan Nacional Sobre Drogas, que también abusa del tono paternalista, ese que no convence a nadie y sólo sirve para justificar que se hace algo. Como este caso.

La idea es bienintencionada, claro. Crear una sintonía pegadiza rollo "ponte el cinturón, protege tu vida" -que yo nunca oí en directo, pero como buen efecto llamada, terminó por llegarme y hasta aprendérmela- pero del rollo "póntelo, pónselo" de aquellos maravilosos años (sí, la campaña es de la mísma época que la serie en la que salía el clon de Marilyn Manson) que tampoco sirvió para nada. No es cuestión de discutir eso, pero la forma utilizada es de risas.
¿Un rap sin flow alguno y forzado al máximo? Claro, así seguro que llegas a la gente joven, piensan los treintañeros. Viva y bravo. Ser treintañero ya no es ser joven. Ahora a estos chiquillos les gustan otras cosas y ya no se fijan en lo que hacen "los mayores", ni buscan sus códigos a imitar. Sí, la tele está plagadita de gilipollas que se creen eso.
"Yo no corono rollos con bombo". La leche, qué frase. ¿Quién usa hoy "coronar" como símil de "terminar", si ni siquiera se usa "culminar"? ¿Qué coño tiene que ver un rollo con un bombo? ¿Esa gente no sabe que también hay Píldoras Del Día Después (PDDD) que te ahorran el mal trago?
_Pero es que no se pueden usar con alegría y, joé, que para eso están las gomitas.
Precisamente. El tema del bombo -palabro que ya usaban en Grease, ambientada en los locos (!)50, ¿cuántos años tiene el copy?- es el que menos debería preocupar al personal.
Ah, pero es que el asunto está en darle frescura al tema. En plan:
_¡Oh, qué original! Sólo usan palabras que tengan la letra o. ¡Vamos a hacerles caso! ¡Bajémonos el politono al móvil!
Ya lo veo venir. Chico conoce chica, se quedan solos en casa, empiezan a comerse y, en la mejor parte, ella te suelta:
_Tronco, yo no corono rollos con bombo.
"Como poco, no lo cojo, coño" sería la respuesta más lógica.

Si lo que quieres es convencer a chicas de 16 a 20 años a que follen con goma, cuéntales lo que les pasa cuando se quedan preñadas. Explícalas que no siempre tienen al lado a un novio comprensivo y comprometido que se encargará de todo ni unos padres dispuestos a ayudar en lo que haga falta. Diles que a menos que quieran un hijo con problemas no podrán fumar ni beber nada raro durante 9 meses (y esa es otra, intenta explicar a alguien de esa edad que 9 meses no son nada) y que lo de salir hasta las tantas es historia a una edad en la que la mayoría empieza a descubrir esa vida y les encanta. Cuéntales que la historia de Juno (mi perra no, la película) es preciosa para verla en otros, pero chunga cuando te pasa a ti. Coméntalas que en el mejor de los casos su vida social estará muy recortada porque hay un bebé que cuidar y mantener. Descríbeles la historia de una madre soltera, a ver si les parece cojonuda.

Recuérdalas que un hijo no es un juego del que te puedes cansar pasado el rato. Que es una responsabilidad -palabra tabú a esa edad, joder, ¡machaca esa parte!- acojonante en un momento de la vida en la que lo único que se te puede exigir es que te lo pases teta.

Pero claro, hay que ser políticamente correctos. Muy "metidos en el rollo" y que parezca que "estamos en la misma onda, coleguis, que sabemos lo que significa la palabra tronco, al loro". Así que ponemos un rap ñoño (eh, también es una palabra sólo con oes), nos damos palmaditas en la espalda y ya pensamos que el mensaje calará de puta madre.
Pobriños.

09 diciembre 2008

Emociones

No soy un tipo sabio por decir que las emociones son complejas. Tampoco estoy descubriéndole la pólvora a nadie si digo que cada persona es un universo diferente en cuanto a ellas. A partir de ciertas edades y ya con una parte del camino recorrido, existen obviedades por las cuales no siempre hace falta pasar, por mucho que nos empeñemos en olvidar dónde estamos y qué somos, especialmente en los momentos en que más necesitamos localizarnos.

Sin embargo, es precisamente lo más evidente lo que más cuesta ver. Sobre todo cuando buscas. Porque no hay nada en el mundo que pudiera impedirte esa búsqueda de lo que echas en falta, ni siquiera cuando te obligas a ti mismo a mirar para otro lado y jurar que no, que no lo necesitas, que puedes pasar sin ello.
No hay un tema central que determine ese algo que encontrar, pero cuando has pasado tus ojos por estas líneas sabías de qué estoy hablando. Quizá sea un secreto a voces que no puedes ocultar, quizá sólo tú sepas ponerle imágenes a estas palabras y fabricar un sueño hecho a tu medida que le da sentido a eso de que la esperanza es lo último que se pierde. O tal vez no.

Heme aquí un día en el que debería estar en otro lugar haciendo otro tipo de cosas, tras haber pasado el puente encamado -a solas con mi corte de digestión- y dándole gracias a los hados por haberme traído a Juno, que es buena compañía cuando la fiebre causa estragos.
Y en un día como el de hoy trascienden muchas cosas en el filtro incuestionable del relativismo, quedando tan sólo lo que realmente pesa en una balanza al final de la existencia.
Por ejemplo, las emociones. Aquellas que han ido marcando el camino de tu vida, dejando un poso imborrable en lo que tú representas, eres y serás.
Decimos que los incapaces de sentir son enfermos. Psicópatas, misántropos... eso debería darnos una pista sobre la importancia que como especie le otorgamos a algo que, por el momento, sólo nosotros disfrutamos pero que, quizá por ese motivo, no siempre sabemos comprender.

Escucho a Deadmau5 y siento cómo mi alma se dispara, quiere escapar por la punta de mis dedos en todas direcciones, cómo mi respiración se acelera embrutecida y mi cuerpo suplica movimiento, abriendo los brazos y alzando la cabeza con los ojos cerrados para dejar que el sonido entre en mí y me devore por completo mientras un escalofrío recorre mi espalda y se extiende por todas partes. Gran tema, Clockwork.
Gran parte de mi emoción está en la música. Quizá por eso me gusta todo lo que es capaz de sacar algo de lo más hondo, sea jazz, sea house o sea thrash metal. Aunque cuando realmente sufro verdaderas catarsis es a la hora de escuchar una banda sonora que sabe acompañar una escena. Ahí es cuando realmente lo doy todo.
Ese tipo de canciones pensadas para acompañar imágenes, que transmiten un caudal de sensaciones que recorren tu espalda en una prolongada descarga de felicidad, placer, alegría, entusiamo, euforia, que te impulsa a llorar, a reír, a correr en pos de la muerte a lomos de un caballo sin riendas hasta las puertas del infierno... o simplemente a sentir aquello que no nos es dado a experimentar en el día a día: piedad, compasión, ternura, empatía.
Muchos lloran en escenas cargadas de sentimentalismo. Es un detalle importante, puesto que llorar es el gesto último de la emoción humana, sea de alegría, sea de impresión, sea de miedo o de dolor.

Tengo para mí, un ser frívolo que irá a pasar la eternidad en el Hades -sarna con gusto no pica-, que hablar de algo tan irracional y aleatorio intentando un mínimo de cabalidad es tarea difícil. Pese a serlo, nadie permanece indiferente, nadie con auténticos problemas se siente incapaz de traducir mis palabras en recuerdos, en momentos vividos con esa intensidad que añoramos otras veces. Cada uno sabrá buscar aquél instante que da sentido a lo que digo. Porque no hay nada en este mundo tan individual y tan íntimo como las emociones.
Nadie puede exigir a otro que sienta lo que no siente. Se trata de una premisa incuestionable que no siempre sabemos aceptar, especialmente cuando pintan bastos o el desengaño asoma por la puerta de atrás. Quizá por eso tienen su propia magia, por no estar al caprichoso arbitrio de cualquiera.

Un golpe de bombo. Un sonido grave y profundo que retumba en las paredes de los oídos y remueve algo en las entrañas. Un toque de atención preciso que basta para desatarlo todo.
Emociones.

07 diciembre 2008

Constitución

Que no haya aprovechado el puente para largarme con viento fresco del fresco para pasar aún más frío en la montaña no me vino por un ataque de vagancia repentina. Tampoco por un quítame allá ese dinero que no tengo. La única responsable es otra racha de dolores musculares, fiebre alta y cama constante. La segunda en un mes, vamos bien.

El concepto del que me apetece hablar hoy no es mi mala suerte, ni de lo cabrón que es Murphy cuando se pone puntilloso. Me apetece hablar de por qué es puente. De cómo dejamos de darle trascendencia -yo el primerísimo- a un librillo que ni dios se lee entero a menos que se juegue un examen, y ni aún así.
No seré yo ahora un furibundo cruzado de la Consti, y eso que no se me daba mal en la carrera. Pero como llegar a los 30 es, para muchos hombres, la edad perfecta a partir de la cual hacer el primer balance de lo logrado y de lo que está por venir... pues tengo intención de hacer lo propio con el dichoso elemento que ayer celebraba su cumpleaños en olor de multitudes.
_Qué coñazo, más política.
Me temo que sí, Mariano.
Y es que el día de ayer trajo cosas jugosas que me parecen comentables.
Para empezar, que lo que hace uno pocos años resultaba "imprescindible" reformar "ahora no es imprescindible". Claro. Es que todos los problemas que había entonces ahora se han arreglado solos. Leonor ahora se llama León y es un machote. Las elecciones en las que cada españolito puede decidir por su alegre juicio qué baranda chupará del bote durante cuatro años, trabajando menos que los Reyes Magos, ahora se dirimen por listas abiertas, por lo que el riesgo de que el elegido sea un inútil -¿más aún?- queda desde este momento en la responsabilidad del que le vota.
También han visto satisfechas sus reivindicaciones aquellos que pensaban que, ya puestos a abrir el melón, se le diera más enjundia al tema y se establecieran las competencias exclusivas del Estado para acabar con los conflictos taifales. Y hasta salen escritas y descritas las 17 naciones del estado plurinacional y plurichiripitiflátuco. Sí, sí, hasta Ceuta y Melilla, que no son naciones pero podrían serlo a poco que se pongan.
_Leche, debo tener una versión desactualizada, en la mía no sale.
Ah, ¿pero tienes una copia de la Consti? Una de dos, o eres de Derecho o uno de esos pánfilos que corrió a comprarla cuando estrenó edición, allá en el 78. Lo bueno es que, desde entonces, no ha cambiado ni una coma.
Pero es que el Gobierno tiene una edición mágica que pone lo que le apetece poner. En serio. Sólo tienen que cerrar los ojos con fuerza, pensar mucho en lo que realmente pone y listo. Ya no hace falta cambiar nada.
Pero lo mejor del día fue lo de Tardá, sin duda.
_Ya [Tardá]bas en sacar el látigo anticatalán, bribón.
No, no. Borbón. La clave de su penúltima cagadita (jo, cuánto le echábamos de menos por aquí) está en el nombrecito que firma -sanciona, si nos ponemos técnicos- las leyes.
_¡Viva la República! ¡Muera el Borbón!
En alegre compañía de las JERC, que cada año son más originales, no se le ocurrió otra cosa que gritar tal algarada. Es probable que se sintiera imbuido del espíritu de ilustres antecesores como Companys, Macià o Prat de la Riba y claro, sintiera una atávica necesidad de expresarlo a voz en grito.
Visca Macià! ¡Mori Cambó!
Por ahí van los tiros, por ahí. Pero literales, que es lo que tiene gracia. Y es que son así de demócratas, algunos.
_Ja, y la monarquía también es muy demócrata, ¿verdad?
Touché, lo admito. Pero sigo prefiriendo al Bo[r]bón antes que a Tardá de Jefe de Estado, mis disculpas. Esto viene a ser como lo de Pedro Castro del otro día, pero con más gancho proto-iluminista.
Lo mejor de todo, las excusas presentadas. Porque sí, hubo amago de disculpas, claro. Que queda muy bonito de cara a la galería dártelas de macho guerrero y lideresco, pero en cuanto oyen venir las primeras hostias ya están con la lágrima fácil y las orejas gachas. Anticatalanes que son algunos.
_Que es que se refería a una frase histórica de la Guerra de Sucesión, que "el Borbón" es en realidad Felipe V, que además ya está muerto, hosti tú.
Ya, como si no lo estuvieran resucitando a cada nada.
Pero olé tus huevos, Ignasi Llorente. Olé por intentar hacer pasar a los catalanes como el primer pueblo de la historia del mundo moderno que hizo la revolución republicana, antes incluso que los gabachos de 1789 o los yankees de 1776. ¡Ya en 1714 había republicanos antimonárquicos y antitaurinos y de paso antiespañoles!
Que alguno se lo tragará y se hará pajas pensando en ello no me cabe ninguna duda, ya se podía contar con ello. Lamentable, pero inevitable.
Pero que, además, se olvide mencionar que la contraparte del Borbón en aquella guerrita era un Austria -no un Puig, no un Cardona, no; un Austria como una copa de bourbon- que pensaba usar el mismo título de rey... ah, yo diría que eso ya son ganas de pasarse de cinismo. Pero vale, aceptemos "yo nunca he deseado la muerte de ninguna persona" como animal de compañía. Si, total, mañana ya se habrá olvidado y todos tan amigos.
Yo, mientras, a sudar la fiebre.
Porque, si hay algo que me evoque el aniversario de la Constitución Española, es precisamente eso: me la suda.

01 diciembre 2008

Casualidades

Dicen que Napoleón dijo una vez que "lo imposible es el fantasma de los tímidos y el refugio de los cobardes". Aleccionadora donde las haya. Un directo a la zona más sensible del ego de cualquiera que en un momento dado no tenga la misma fe en sí mismo que otros tiempos.
Me he jactado siempre -¿siempre?- de no creer en el destino, de desdeñarlo con rabia y orgullo porque significa que no me resigno a encaminar mis pasos por un camino que otro construyó para mí.
A veces, sin embargo, cuesta no creer en ello. Especialmente cuando te levantas un lunes por la mañana anodino y, al tomarte el primer café del día, en el sobre de azúcar tienes impresa esa cita del pitufo corso.
_Reconozco que iba al pelo. Pero no es más que una afortunada casualidad.
Encontrarte dinero tirado en el suelo es una afortunada casualidad. Tener sitio para aparcar en la puerta del sitio al que quieres ir es una afortunada casualidad, además de una flor en el culo.
Que, entre cientos de frases hechas y colocadas al azar en un lugar que jamás miras -los que bebemos café sin azúcar no, al menos- te encuentres precisamente con la que darle a tu cabeza el empujón que necesitaba para darle un giro inesperado a la trama de tu vida... no sabría si definirlo de ese modo.
_¿Por qué darle tanta importancia al tema? Tú, como supuesto publicista, ya deberías saber aquello de aprovechar espacios vacíos, el CRM y lo de la responsabilidad social corporativa o RSC.
Cierto, pero aún teniendo en cuenta todo eso... ¿por qué no me tocó una de Groucho Marx? ¿Por qué precisamente una frase como esa, en una época en la que la palabra "imposible" parecía no querer salir de mi cabeza? ¿Por qué tiene todos los visos de ser algo más que eso?
Manteniendo la postura de que el destino no es sino el recurso de los débiles para dejarse llevar por la abulia, quizá habría que conceder la posibilidad de que haya una suerte de azar que sabe estar en el sitio apropiado en el momento oportuno.
Ese que hace que el día que menos te apetece salir a la calle te cruzas con alguien interesante en el sitio que menos te esperabas. Ese que te advierte que el trabajo de tu vida, y con él todos tus sueños de libertad e independencia, no está donde crees que debe estar ni en manos de quien pensabas que estaban, así como que tampoco hay nada en este mundo que pueda parar a alguien que no sólo desee con todas sus fuerzas, sino que esté dispuesto a ir por ello.
O el que un sobre de azúcar te recuerde que ni eres tímido ni cobarde.