22 noviembre 2007

Orgasmos

Rescato uno de mis clásicos:

No existen dos personas iguales, ni todos los orgasmos son similares. En contadas ocasiones, cuando la excitación y el entorno convergen juntos en un alarde de magia y frenesí, el éxtasis alcanza cotas inimaginables.
El momento previo se anuncia provocando mayores dosis de placer. La respiración comienza a entrecortarse, a acelerarse progresivamente, mientras la pelvis se mueve rítmicamente con frenesí, a un ritmo cada vez más alocado. La visión comienza a fallar, quieres fijar la vista en un punto pero algo superior te lo impide, mientras una corriente que produce un placentero cosquilleo arranca de la zona sexual. Sientes que pronto llegarás al clímax y, aunque intentas prepararte para el momento culminante, jamás llegas a abarcarlo en su totalidad, en esa inmensidad que te acerca al éxtasis mismo, a poder mirar con tu ojo interior la mismísima cara de los dioses.
Deseas refrenarlo, ansías poder ponerle bridas al placer, ralentizarlo para que no sólo dure una treintena de segundos que parecen milésimas, sino más, mucho más.
Quieres reír, llorar, gritar, las fuerzas del universo entero están fijas en ti en ese preciso instante en el que todo a tu alrededor carece de sentido.
Ya llega.
Notas cómo la sangre se agolpa paulatinamente en tu cabeza con una fuerza incalculable, dolorosa, y cuando crees que vas a estallar es entonces cuando tu espíritu, tu alma, se evade hacia un plano distinto mientras los sonidos a tu alrededor se distorsionan, reverberan en miles de ecos o simplemente desaparecen. La vista falla, ves una poderosa luz blanca que lo inunda todo para posteriormente quedarte a ciegas durante unos instantes debido a que tus propios ojos desean también abstraerse de la realidad y tratan de enfocar tu propia mente, quedando en blanco para quien sea un afortunado observador.
Pierdes por completo la noción del tiempo, del espacio y sobre todo de ti mismo, pues en ese lapso de tiempo te has convertido en un ser primario que reacciona a impulsos desconocidos y sin sentido alguno, de los que no eres consciente.
En lo más alto del clímax la cabeza da vueltas vertiginosamente.
Nada existe a tu alrededor, todo es extraño pero poderoso, ajeno pero a la vez íntimo, irreal pero capaz de englobarlo todo de ti, doloroso pero sumamente ansiado.
Una verdadera explosión de percepciones, una descarga eléctrica sin precedentes, un irrefrenable y maravilloso torrente recorre cada milímetro de tu ser. Todo ello trastoca los límites de la condición humana y conduce al cerebro a la más absoluta locura, imprimiendo órdenes inconexas que provocan espasmos musculares, evoca imágenes y sensaciones sin sentido coherente e incluso lleva a pronunciar palabras en un lenguaje incomprensible. Al mismo tiempo, una idea fija se abre paso desde un lugar desconocido de tu conciencia: saborea este momento.
Sí, sí, oh sí... deseas saborearlo, paladearlo, exprimirlo hasta el último momento.
Viajas a un mundo desconocido en el que percibes tu cuerpo de un modo distinto, donde la sangre fluye de manera que sientes cada latido, cada vena y arteria contrayéndose y dilatándose, la nada más absoluta reina a tu alrededor debido a que tanto tus ojos como tus oídos dejan de funcionar. Eres lo más parecido a un vegetal en éxtasis hasta el momento en el que recuperas la consciencia y vuelves al mundo real, allí donde habías dejado tu cuerpo.
Pequeños espasmos involuntarios te sacuden todavía. Recorres con la lengua la cara interior de tus labios, donde aún se conservan los últimos restos de placer, echando ya en falta lo que hace tan sólo milésimas de segundo sumía a tu cuerpo en el más absoluto descontrol.
Abres los ojos, a los que inicialmente les cuesta enfocar correctamente, y todo tiene un cariz diferente, un matiz propio. Completamente inmóvil, permaneces con una mueca lo más parecida a una sonrisa demente y extasiada. Poco a poco, la cabeza intenta retornar del océano de sensaciones en el que estaba sumergida. Los sentidos se recuperan en una dulce transición en la que cada nueva percepción es contemplada como un milagro.
En sí mismo, todo el proceso merecería tal honor.
Si existe el Paraíso, sin duda lo has llegado a rozar con la punta de los dedos. Tu mente, tu alma, durante unos brevísimos pero incalculables instantes, ha abandonado tu carcasa de carne y ha volado libre hasta recodos inimaginables.
Sólo entonces, eres capaz de exhalar un profundo suspiro, renovando el aire de los pulmones que, hasta entonces, han participado en la experiencia reteniendo el aire todo el tiempo.

16 noviembre 2007

Le pasó a un amigo

No hace mucho tiempo el Maestro Yoda Ibérico tuvo una revelación mística y necesitaba comunicárselo al universo hispano y carpetovetónico.
Decía así el otrora líder de la Federación de Comercio insolidario Uniformista (CiU) que unos pesetas madrileños echaron a un par de tipos por hablar en el idioma del Nou Imperio. No es que le hubiera pasado a él (¿cómo podría ser, si siempre va en coche oficial?), sino que "le pasó a un amigo y la otra historia me la han contado".
Al margen de la respuesta que tal chorrada (por otra parte, muy pujoliana) suscitó, he aquí las nuevas historias con las que el bueno de Jordi (que se titularán Los Cuentos del Abuelo Cebolleta) nos deleitará en cuanto la racista de Ferrusola -y señora de YodaPujol- le dé un poco de cancha:

1. La Chica de la Curva: un fantasma que hace autostop y, si paras a recogerla, a los pocos kilómetros te avisa de lo peligrosa que es la siguiente curva "porque ahí es donde me maté yo, muajaja" y desaparece entre brumas. También provoca un nuevo accidente que renueva la presencia fantasmal en la dichosa curva y así hasta el fin de los días. La chica es, obviamente, madrileña. Le pasó a un amigo y la otra historia me la han contado.

2. Violaciones alienígenas: unos misteriosos Objetos Voladores No Identificados absorben con un halo de luz a un pobre desgraciado que pasaba por ahí (y no, no es de Wisconsin) y le meten de todo menos miedo porque no saben distinguir entre un buen par de tetas y un claro caso de obesidad. También existen híbridos humano-selenitas que oculta el gobierno americano en bases secretas para estudiar sus poderes telequinéticos (porque aseguran que llama a casa de papá sin usar cables ni aparatos). Guti es precisamente uno de esos híbridos, porque a veces está aquí y otras veces en la Luna. Le pasó a un amigo y la otra historia me la han contado.

3. Un tipo que ya no sabe qué hacer para salir en los papeles dice una estupidez sin caer en la cuenta de lo hipócrita que resulta en alguien que defiende exactamente lo mismo, pero al revés, y todo para mantener un estado de... ¿tensión?, entre dos ciudades que no siempre se llevan bien. Además, existe una política del embudo en todo cuanto acontece en cierta región esquinera, siendo así que, si ellos lo hacen, está bien y están en su perfecto derecho, "que somos una nación osti tú" pero en cuanto otros lo hacen exactamente igual "es un ataque a esta esquina del Reino Perdido y lloraremos mucho" porque demuestra esquinofobia*. Le pasó a un ex-amigo y la otra historia me la han contado.


Por ese motivo, cuando ayer estuve en la calle haciendo un estudio de mercado y me crucé con cuatro catalanes que habían venido "a territorio comanche" a no sé qué convención, después de contestar amablemente a mis preguntas (en castellano) no se me ocurrió otra que agradecerles educadamente su tiempo (en catalán) a lo que ellos, aparentemente sorprendidos, no tardaron ni una décima de segundo en agrader mi agradecimiento (en catalán también, claro). Todo por que no fueran a volver a la Ciudad del Conde a contar a su amigo Jordi lo fóbicos que nos ponemos los chelis...


Y es que "piando se cosca la banda, tron".


*Esquinofobia: dícese de la aversión a las esquinas cuadradas en ángulos iguales o inferiores a 90 grados. Dicho rechazo se manifiesta expresando una especial predilección por lo circular, con ideas "redondistas" tales como llevar un tren de alta velocidad destrozándolo todo a su paso o no permitiendo que las esquinas se jueguen un partido de fútbol sala entre ellas y éstas contra el mundo.

El "esferismo" llevado al extremo es el "peloterismo boicotante", precisamente, aquel que los "esquineros" (no hombre, eskinetos no... ¡o eso quiero creer!) achacan a todo aquel que no sea miembro (y simpatizante) de la causa rinconera.

12 noviembre 2007

Redskins vs Skins


vs

Me he levantado esta mañana con la noticia del asesinato de un "antifascista" en el metro. Triste resulta morir por ideas extremas, pero más aún matar por ellas.

Hoy no pretendo hacerme el gracioso con algo así. Es lo suficientemente grave como para no hacerlo. Y menos aún, cuando entre todos los que aquella tarde-noche estuvieran en Legazpi, bien podría haber un par de conocidos míos... en cada bando.
He tenido la suerte (o la desgracia, según se mire) de conocer a todo tipo de personas a lo largo de mi vida. Me resulta del todo incomprensible que haya gente que sólo conoce y se relaciona con "los de su cuerda y tal vez un poco más allá". "O fachas o rojos, pero por favor que no se le ocurra a nadie de la orilla de enfrente hablarme o le suelto un ladrillazo", vienen a decir.
No sé, será que yo he sido más bien rarito en eso.

Por eso, recuerdo a mi colega A, con el que estuve un año entero de colegio compartiendo caricaturas, pellas, cigarros a escondidas en el baño y muchas risas. Es sharpero, o al menos lo era en aquellos días. Otro colega, A, fue (y mucho) anarquista antisistema que reíros vosotros de aquel Cojo Manteca o del Black Block (en el que no pudo entrar porque le pilló muy jovencito).
En el otro lado, un viejo socio mío, L, fue nacionalsocialista y hoy se conforma con ser del sector duro de España 2000. Llegué a acompañarle en una ocasión a una de sus oficinas (no lejos de mi casa), más por curiosidad por ver quién se movía en esos ambientes que por verdadera fervorosidad patriótica (que, ojo, ya veremos si alguien puede discutirme). No olvido tampoco a una antigua amante que reconocía sin tapujos ser una edelweiss.
Dice el dicho eso de "gilipollas los hay en todas partes". Añado que también hay grandes personas en todas partes.
Sé cómo se las gastan los antifas porque lo he podido ver con mis propios ojos. G, un grandioso -y listo como el hambre- colega de "academia para pasotas" (sí, donde conocí a Pati G) sabía lo que se hacía cuando me decía entre risas que le gustaba salir "a cazar nazis". Tampoco L, encantado de que le apodaran el "Nazi", parecía tener mucha vergüenza en admitir que conocía a Ocha, el jefazo de Ultrassur, y que se iba con él de "caza" cuando venían a jugar el Osasuna o el Barça. Si un punk tenía la mala suerte de cruzarse en su camino, lo llevaba claro. Tampoco un facha lo llevaría mejor en caso contrario.
Así las cosas, ¿qué es más creíble, que un grupo de antifascistas vieran a un militar y fueran a por él por ser la representación de lo que ellos más odian, o que éste fuera a por ellos "sin mediar palabra" por representar lo más ínfimo de sus valores e ideales y, por lo tanto, merecedores de su odio? ¿No sería lo más racional pensar que ambas cosas pudieron suceder? ¿Que, por este orden, unos cuantos redskins vieron a un skin solo y fueran a por él (mal) y éste quisiera defenderse atacando y matando (aún peor, no me jodáis) a un menor? ¿Menor que, por cierto, en su fotolog tenía un artículo no precisamente pacifista sobre cómo montarla parda en las calles?

Por supuesto. Ni unos son unos santos ni tampoco lo son los otros. Ninguno de los extremos puede ser bueno.

Menos aún, una muerte.

11 noviembre 2007

Reacciones a lo del Rey

El mundo me lo ha puesto en bandeja y no hay forma humana de evitarlo. Después de ver ganar con mucha épica al Madrid (4-3 al mismo Mallorca que el año pasado jugaba con 3 millones de jugadores más) no me queda otra que soltar la charla política del día (y del mes, si nos ponemos). Cómo, ¿que no os habéis enterado? Debéis ser los únicos, porque -según he oído- "no se habla de otra cosa".

Este blog tan dicharachero no podía ser menos y mete baza para, a modo de facilitar un poco más todo este asunto, resumir en una entrada las grandes reacciones que se han sucedido a raíz de este curioso asunto.

Antecedentes
Chávez (no hombre, el andaluz no, éste) estaba en plan farruco desde que llegó a Chile. Como está acostumbrado a hablar durante horas y horas sin que nadie le chiste comentando todo aquello que se le ocurre (como, por ejemplo, llamar a Aznar "fascista" unas cuantas veces), no se debió de tomar muy bien eso de que existan turnos para hablar.
Así, cuando ZP estaba en plan chusco replicándole que todo el mundo se merece respeto (sí, sí, hasta alguien como Aznar) y como quiera que el otro no estaba por la labor de dejar terminar al pobre José Luis (este sí, se llama así) entró el Rey en escena para dejar bien claro quién es el Rey de la Selva: "¿por qué no te callas?".

Posteriormente, a la embestida del sandinista Ortega (cuyo "discurso" vacilante e inseguro no tiene desperdicio, ¡con lo que les costó a los yankies echarles!) a cuento de un supuesto apoyo español al boicot al Movimiento Sandinista (junto a unas acusaciones muy feas a Unión Penosa), el Primero de los Españoles cogió y se fue con la música a otra parte.

Bueno, una vez puestos en situación, estas son las conclusiones a las que han llegado los distintos protagonistas:

Los tirios
Hinchados como lo están después de tan ardorosa defensa de un adversario y como locos por representar fielmente el "fair play" cuando no se está en casa, sólo pueden repartir parabienes: "Cuando alguien insulta aun compatriota, le defiendes", asegura sin duda alguna su líder. Otra cosa sería definir exactamente a qué se refiere él con ese término, pero esa es otra historia.
Por otro lado, se dice que la marcha del Rey fue consensuada con Moratinos, aunque la cara de éste en el momento en que el Jefe de Estado se levanta no es precisamente de "consenso"...

Los troyanos
Esperaba más de ellos en una ocasión perfecta como esta para estrechar lazos y hacer frente común. No fue así. El aludido no perdió ocasión para agradecer las palabras de apoyo de su némesis y aplaudir la regia reacción, pero los que aún son alguien de la facción creyeron que se puede hacer oposición hasta en un momento como este. Gran error estratégico acusar al líder tirio de "estar a partir un piñón con el jefe Gorila, que les hemos visto". Bastaba con un "gracias" y esperar al menos un par de días para lanzar la andanada, pero se ve que les han podido las prisas. Se chinchen.

El Gorila
Al Gran Jefe Agorilado le da todo igual. No se precia por ser alguien respetuoso (salvo si se trata de su Gran Gran Jefe Cohiba o su escudero Adano el Jerseyano) ni tiene la suficiente humildad como para reconocer cuándo ha cometido un error (esto me suena de algo...).
Todos tenemos una opinión de Aznar. Muchos mala, otros buena, algunos indiferente. Sin embargo, ninguno -repito, ninguno- piensa realmente que se trate de un fascista. Puede ser un lameculos, un engreído, un político y, para algunos descerebrados, un asesino. Pero... nada de todo eso le convierte a él en un fascista ni los 11 millones de españolitos que le votaron por última vez lo son a su vez ni, engañados, no supieron ver su verdadera cara (que, curiosamente, sí pudo adivinar el Gorila) que no es otra que la de un nazi.
No os extrañe, pues, si en lugar de replegar velas ataca a su vez con amplísimas dosis demagogas y populistas. Sin duda, vencerá en su país, pero no convencerá.
Por ese motivo, puesto que él se arroga el derecho de llamar a todo el que no piense como él de un modo infame, yo me permito a su vez llamarle Gorila. Por no hacer como todo el mundo y llamarle proto-dictador, más que nada.

La opinión de la gente de Vicente I, los pro-tirios y más allá
Todos ponen a caer de un burro al "ciudadano Borbón" por aquello de que quién es él para mandar callar a alguien que, cuanto menos, es mejor que Aznar [n. del T: juro que esta opinión la he leído con estos ojitos!]
Al mismo tiempo, se quejan de la poca capacidad de los políticos españoles de ponerse en la piel de la explotación indígena que sufre Latinoamérica (deben ser los únicos que todavía usan ese nombre) y la revolución intelectual que supone la aparición de un verdadero estadista de la talla de Chávez que, no lo olvidemos, ha conseguido alfabetizar a 1 millón de venezolanos (a base de hacerles ver su programa, todo sea dicho) y posicionarse como adalid del "Nuevo Socialismo" que todos esperan supere la utopía del XX y, ya de paso, que no sea tan terrible.
(Espacio para los nacionalistas de todo cuño del margen izquierdo, inusitada y extrañamente mudos sobre este asunto)

La opinión de la gente de Vicente II, los atroyanados y Borbonadictos
Litros y litros de babas inundan calles y callejas de todos aquellos que observaron ojopláticos como nuestro Rey supo tenérselas tiesas al Satán del Mundo (muerto Saddam, y Kim-Jong-Il en plan suave, alguien tenía que ser) y, atónitos, escucharon a zETAp defender a su gurú.
Inmediatamente después cargaron contra el viejo Eje Castro-Chávez-Evo (no, no lo olvidemos, esos fueron los primeros "amiguitos" del Presidente después de la catástrofe de Schröder y Chirac, y bien que se arrepiente ahora) y se preguntan si hará lo mismo con Mohamed la próxima vez que se ponga de morros respecto a la españolidad de Ceuta y Melilla ("ah, por cierto", añaden, "¡Gibraltar español!"). [Otra n. del T.: no, no tienen nada que ver Gibraltar con Ceuta y Melilla, pero muchos suelen relacionarlos y así pasa lo que pasa]
Aseguran que no es posible admitir a este personaje (Chávez, claro, no Mohamed, que sobre ese ni se plantea) como "demócrata" después de saber que está reformando la constitución para poder eternizarse en el poder y llevar a cabo así su bolivariana-pinche-revolución (que, para los no iniciados, se trata de un comunismo de nuevo cuño, en el que todo es como en la época soviética pero disfrazada de otro modo más a lo caribeño y, por tanto, más bonito y vistoso).
(Espacio para los nacionalistas de este lado del río que, curiosamente, se han quedado calladitos esta vez... ¡qué raro!)

Mi opinión (qué, qué pasa, que yo también me mojo)
Por una vez y sin que sirva de precendentes, aplaudo la reacción de ZP. Me ha parecido la mejor y la más cabal de todas las reacciones que se podía tener. Me inclino ante su respuesta y no puedo evitar verle con otros ojos (aunque no durará mucho, me temo).
El Rey tiene sangre en las venas. ¡Milagro, milagro!

Ah, impagable e imprescindible esto.

P.D.: Hoy no pongo los vídeos porque me están dando problemas de maquetación. Se siente.

08 noviembre 2007

Un mal día

Tentadito he estado de volver a hablar de política. No me lo han puesto nada fácil.
Sólo de cierto partido tendría para varias horas intentando comprender qué se supone que podemos hacer con ellos (sin pensar mal). Y no os creáis, que del resto tampoco hay mucho más que sacar...

... por eso mismo, no pienso darles cancha. Todavía.

Hablaría de unos cuantos juegos que he podido probar (todavía no sé cómo, dado el tiempo que no tengo), pero me da cierta pereza y, además, nada como Meristation para hablar de juegos.

¿Comento algo del Nuevo Pequeño Bastardo de turno, ahora nórdico? Sería algo repetitivo después de haberlo hecho con el chino de V-Tech... descansen ambos lo menos parecido a en paz. ¿Qué les darán para desayunar?

Lo peor que le puede pasar a un sucedáneo de escritor como yo es quedarse sin ideas o, peor aún, sin inspiración. Para entendernos, me siento como Guti cuando no tiene "el día" (o, peor aún, cuando tiene El Día) y las pone todas donde el foco. O como esos días en los que te levantas casi dando saltos de alegría y el mundo se las ingenia para que, al anochecer, coquetees con la idea del suicidio. No, hombre, a la finlandesa no. No nos pasemos.

Momentos así los tiene cualquiera, e incluso peores o más ridículos. Así que tampoco es como para que me ponga a lloriquear cual nacionalista catalán, ¿no? Además, que con la tontería de divagar llevo ya media entrada escrita, así, por la patilla.

Lo cierto es que, pese a todo, sigo convencido de mi verdadera vocación. A ver quién me va a quitar a mí de la cabeza dedicarme a rellenar renglones allá donde me apetezca hacerlo y viviendo de ello. Ni hablar. ¿No viven mejor algunos haciendo aún menos?

Esta entrada se la dedico con cariño a la siesta que no me he echado, a los cafés que no hacen efecto y a una plácida tarde de principios de noviembre sin (sorpresa) mucho trabajo que hacer.

06 noviembre 2007

Pepiño


No me gusta meterme en trasuntos políticos. Durante una época de mi vida me gustaba mucho debatir ideas, pensamientos y estrategias. Lo veía como algo utópicamente hermoso, un desempeño destinado a mover todo un país hacia algún lado, según quién manejara el timón. Ya hace tiempo que la venda se cayó de mis ojos y descubrí lo que hay realmente.

Es una actividad fea, demasiado pendiente de la galería, de transmitir una imagen diferente a la que se posee en realidad.
Un "trabajo" por el que vivirán mucho más que decentemente (a costa de los impuestos que pagamos todos) personas que, en algunas ocasiones, en otros campos laborales jamás llegarían a nada.
Una "profesión" en la que se debe mentir por sistema.

Se miente a la prensa cuando pintan bastos para sacarse marrones de encima.
Se miente a los adversarios para no darles todas las opciones.
Se miente a los supuestos amigos para posicionarlos en el ambiente que más interesa.
Por mentir, son capaces hasta de mentirse a sí mismos para persistir en la creencia del "bien común", que no es otro que el propio.

Nadie está libre de estos estigmas, ni derechas ni izquierdas, ni nacionalistas ni globalistas. Creo sinceramente que para ser un político de poltrona necesitas tener la capacidad de decir cualquier estupidez y que todo el mundo te mire asombrado, para bien o para mal. Cuanto mayor sea la estupidez, y más simplista, mejores resultados producirá.

Es superior a mí. Hoy, al menos, no puedo contener mis dedos a la hora de aporrear el teclado por mucho que mi mente intenta distraerme con otros temas que, en realidad, son mucho más importantes que poner a caldo a un pobre diablo que no tiene culpa de ser como es. Hoy hablaré de políticos. De uno en particular.
El tema tabú. Lo más fácil, después del fútbol, para caer en fáciles maniqueísmos "yo bueno", "tú malo" y "él, peor aún".

José Blanco, alias Pepiño, es un hombre que, como buen político y como algún otro ejemplo bien visible, moriría asaeteado por mil teas antes que admitir un error.
Es un autoproclamado portavoz (en realidad, su puesto es uno que se llama Secretario de Organización) que no tiene voz, siendo en realidad como la Boca de Sauron: un mero comparsa que transmite con su inconfundible acento y mala pronunciación la voz del amo. En eso no se diferencia de otros portavoces, la suya propia queda anulada siendo la del superior más importante y, por lo tanto, la que realmente cuenta.
No me gusta.
No me gusta que alguien que gana 6.000 euros al mes (y "no le supone un problema decirlo") por la cara, intente dar lecciones de moral al resto. Un político no tiene que vivir como sólo unos pocos pueden hacerlo, y menos cuando cualquiera con suficientes dosis de "lameculismo" o "que-hay-de-lo-mismo" puede llegar al cargo.
No me gusta que alguien que no tiene estudios superiores quiera imponerse a otros que se han preocupado en quemarse las pestañas estudiando y, por tanto, adquiriendo más conocimientos (sean útiles o, como en realidad sucede la mayoría de las veces, no lo sean).
No me gusta que un engreído con suerte que, sin embargo, sabe hacer muy bien ciertos trabajos se crea con la eminencia de señalar con el dedo a otros que, si no se lo han trabajado, no son peores que él.
No me gusta que un hipócrita acuse a los demás de hacer lo que él mejor sabe: echar balones fuera cuando las cosas no va bien, o incluso soltando una ocurrencia poco original.
No me gusta que un personaje público cometa tantos errores disfrazados (ya no saben cómo) de "lapsus".

No me importa bajo qué partido se acoge. Diría exactamente lo mismo de él si estuviera en el de enfrente o en el de más allá. Por encima de ideologías o maneras de pensar está el carácter humano, y para mí, según mi manera de entender, José Blanco no merece estar donde está.

Dicho queda. Otro día, leña a uno del otro lado.

02 noviembre 2007

Blog Wars

Creo que no es la primera vez que saco a colación este tema. La diferencia entre aquella entrada y esta viene dada por ciertos detalles que tarde o temprano iban a salir y, finalmente, han llegado ya.
Siempre fue oficial, pero desde este instante yo lo declaro formalmente. Acaba de declararse la Guerra de los Blogs, en la cual no pienso participar.
No habrá muertos, pero sí víctimas.
No se redactarán tratados de armisticio, pero sí se escribirán (probablemente) protocolos de actuación y "normas", como se tuvo que hacer en su momento para los foros.
No se destruirá estructura física alguna, pero sí virtuales.
No conllevará hambre y pobreza, ni movimientos migratorios masivos de huidos o proscritos...
¿O sí?

Lo dije entonces y lo digo ahora. Los motivos por los que tener un blog viene a ser, en términos puramente egoístas, las ganas que tiene cada uno de leerse y emitir su visión categórica de cuantos temas quieran o deseen.
Para muchos, servirá como válvula de escape, la espita con la que liberar el vapor acumulado. Para otros muchos, como simple medio con el que expresarse libremente. Para otros, minorías (selectas), tener un blog no es más que un púlpito desde el que lanzar al mundo sus pajas mentales, protegidos desde el anonimato que proporciona tener un alias o, los menos, dando la cara.

Hay blogs y blogs. Abarcan áreas desde los que cuyo cometido es entretener, comunicar o dar voz a un reducido grupo; o lo mismo pero a verdaderos portales masivos.
A la gente como yo le hace ilusión que, de vez en cuando, algún viejo amigo deje comentarios expresando cualquier chorrada que se le ocurra. Esto es así porque somos conscientes de que no tenemos un alto índice de visitas y esa "pseudo-intimidad" nos permite hablar de lo que nos pete, de la manera que mejor nos apetece y sin temer herir demasiadas sensibilidades.
En cambio, otros viven por y para el tráfico de visitas. Se mantienen pegados a StatCounter viendo de dónde viene cada uno, si vuelve o sólo pasaba por ahí, necesitan que cada entrada tenga sus buenas dosis de comentarios con los que mantener viva la llama de la polémica (o, por el contrario, alimentar su ego gracias al hecho irrefutable de que, si hay muchos comentarios, los temas son interesantes... ergo él también lo es).

Pero hablábamos de guerra. De conflicto, pelea, jarana, gresca, movida, bulla... con altos y bajos, intermedios y "treguas" como la Guerra de los Cien Años, por no hablar de algo más de por aquí.
Cada cual vive la suya: muy pocos son aquellos que posean el monopolio de la opinión/relato/paja-mental-de-turno frente a todos los demás. Lo más normal es tener uno, cien, mil tipos y tipas como tú que escriben cosas parecidas a las tuyas. En ocasiones, en sentido diametralmente opuesto, lo que genera fricciones, reacciones y, cómo no, puñetes.
Si no es porque tú eres de derechas y el otro de izquierdas, será por monárquico o republicano, ecologista o corporativista, cristiano o musulmán o ateo, pecero o manzanero, del Atleti o merengón, o sencillamente porque no le gusta tu manera de expresarte y escribir... el caso es que siempre habrá alguien en desacuerdo y no escatimará medios para dejarlo claro. De ahí a las guerras, un paso. Por decirlo de un modo directo y con un símil entendible: esto también es así fuera de la pantalla.

Todas empiezan igual:
1. Alguien lee un artículo donde se expresan cosas que no le gustan/no le convencen/las cree claramente mejorables.
2. Corre a su blog/bitácora/bla-bla para dejarlo claro, sin olvidar el Detalle Fundamental: mandarle un recado al rival, ya sea por mensaje, comentario, cita en un foro... o sencillamente esperando a que él se acerque a mirar.
3. Así, éste reacciona escribiendo a su vez una buena filípica (artículo contra alguien) y se la manda a todos sus conocidos para que la difusión sea lo más amplia posible. Si lo ha hecho con gracia, sin duda lo conseguirá.
4. Reacción en cadena provocada por todo lo anterior: cada internauta bloguero se creerá con derecho a posicionarse en un bando u otro. Si comete el error de quedarse en el suyo propio (poniendo a caldo a ambos lados) recibirá palos de todas partes.
5. Así durante un par de semanas hasta que la gracia ya no es tanta y el interés decrece o se traslada a otras historias (el último vídeo chorra de Youtube, etc), momento en el que la Guerra se enfría, aunque no por ello cesa. Especialmente entre los contendientes quienes, mientras, juran y perjuran la muerte más lenta y dolorosa del otro, siempre y cuando nunca traspase las fronteras de "la red": cara a cara, todo tiene un cariz muy diferente.

Y esto es así porque asín semos.