11 febrero 2008

¿Piensas?

Se acerca la hora de comer y puesto que no tengo un duro para dedicarlo a llenar mi estómago -gracias, Faraón, por la parte que te toca en este asunto- opto por llenar mi blog con una entrada nueva.

Anoche E (por cierto, gracias) me hizo una pregunta que, dependiendo de quién la formule, puede ocultar una trampa mortal o satisfacer una curiosidad momentánea: ¿en qué piensas?
Supongamos que esa pregunta te la hace:

a. Tu pareja
Estáis en el coche de camino a alguna parte. Tú miras al frente con aire ausente, ella mira por la ventana y ninguno de los dos hace esfuerzo alguno por articular palabra. De repente te salta con la pregunta. Precaución, amigo conductor. Achtung. Warning. Vale, no es de esas preguntas "muerte sí o sí" del estilo Cariño, ¿estoy gorda? o Cielito, ¿qué es lo que no te gusta de mí?, pero se aproxima.
Si ella te gusta (y claro que te gusta, que para eso es tu pareja, coño), contestarás algo que tenga que ver con ella. Es de cajón, puro instinto de supervivencia. "Pensaba en ti, claro". O similar. Qué habrá hecho el Madrid no es la respuesta adecuada para el caso, no. Tampoco por qué carajos la canción que te gusta es justo la que termina al poner la radio. O en qué demonios estarías pensando cuando...

b. Tu jefe
Reunión del comité comercial en la cual tu cuello no es más que una trémula membrana fácilmente desprendible. Se supone que estás presente sólo para tomar nota y, como mucho, servir los cafés. De pronto, en el fragor de la discusión acerca de los planes de futuro de la empresa a tenor de la incipiente crisis (o ya presente, según quién lo diga), el señor Presidente se dirige a ti y sólo a ti y, fulminándote con la mirada, ladra la jodía pregunta.
Si estimas tu trabajo, (y normalmente lo haces porque no tienes nada mejor a lo que agarrarte salvo que reúnas el valor suficiente para irte a la India a vivir como un ermitaño, el sueño de tu vida) dirás que estás al 95% de acuerdo con lo que acaba de decir él. ¿Que qué ha dicho? Eso es lo de menos. Un Presidente no se molestará en volver a preguntar al becario qué cinco por ciento es el que no comparte.
Otro claro ejemplo de "escaqueing through the tangent" es simular un ataque epiléptico en ese preciso instante. No apto para sufridores de tensión baja incapaces de fingir espasmos musculares.
En cualquier caso, hay que dejar bien claras las cosas que jamás se deben hacer en estos casos:
- Tirarte el pisto creyendo que esto es América y que puedes pasar de becario a Director de Márketing sólo por impresionar al Gran Jefe. Tu buena idea la hará suya tu supervisor, a quien a su vez puteará el director al que puenteará el Director General... y tú, a la calle por bocazas y vago. Y por pelota, por si acaso.
- Tartamudear una respuesta vaga e inconclusa. No te has jugado el puesto (seguirás con las fotocopias por lo menos hasta que acabes contrato) pero has perdido el respeto. Empieza a mirar la sección de ofertas.
- Hacerte el sordo.
- Hacerte el loco.
- Hacerte el sueco.
- Hacerte el remolón y balbucear una respuesta de artículo científico acerca de los índices de las sub-primes y la capitalización débil de las botellas de Font Vella. Sin olvidar un par de palabros marketinianos como must o trendie (acompañados de prefijos como "maxi" o "micro", queda más cool) para remarcar aún más el énfasis de la paja mental. El error que te costó la patada en el culo: tu jefe es idiota. Si no lo es, creerá que le estás tomando por tal y el resultado será el mismo.
- Decir lo que realmente estabas pensando (esto es similar al caso de pareja, la gente no suele preguntártelo porque realmente quiera saber en qué coño piensas cuando miras como una vaca al tren, sino para reafirmarse), confesar que tienes hambre y que por qué no continúa la reunión más tarde, a poder ser tras una siesta. Una de dos, o se descojonan contigo o eres tú el que acaba sin huevos.

c. Tú mismo
Cuidado, amigo, o tienes un claro caso de esquizofrenia o estás haciendo algo que no deberías estar haciendo...

d. Tu mejor amigo
Si no estás metido en una movida ni tienes ningún problema al que enfrentarte en las próximas horas, si no acabas de dejar una relación y simplemente estás con esa persona a la que conoces como si fuera tu familia, entonces, dependiendo en gran medida del sexo de los protagonistas, lo más probable es que se deba a alguna de estas circunstancias:
- 2 tíos: La disyuntiva sólo puede deberse a si tomar vodka o whisky o a elegir entre la rubia y la morena... vale, ha quedado algo misógino. Pero es que la pregunta entre dos íntimos amigos es estúpida: ambos sabéis en qué estás pensando.
- Tía y tío (pregunta él): Quiere crear tensión sexual por si cae la breva, porque le contaron que el primo del colega del vecino del quinto del cuñado de su amigo lo consiguió utilizando esa mítica técnica.
- Tía y tío (pregunta ella): Se aburre y quiere un nuevo tema de conversación que no abunde en sexo, coches o fútbol y, a ser posible, de algo que pueda relacionarse con ella de algún modo. O eso, o está incómoda con el silencio (luego... no es tan amiga). Según antiguos códices recientemente traducidos del sumerio-acadio, también se cree que en algunas ocasiones esta pregunta se puede hacer por verdadero y desinteresado afán de saber.
- 2 tías: aparte de lo mismo que en el caso de 2 tíos (sólo que, además, ambas saben por qué está pensando eso), también es posible que se deba a un intento por... no, qué demonios, esta dejaré que seáis vosotros quienes la adivinéis. Que ya son las 2 y veinte y las tripas me suplican carnaza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario