23 abril 2007

El ego blogosférico

Que la Red está de moda es un hecho contrastado. Hoy en día, el primer lugar donde estar puntualmente informado es internet. En ocasiones, incluso, hasta intoxicados. No creo necesario incluir casos concretos, aunque baste con campañas publicitarias below the line (que, dicho sea de paso, comienza a ser un término obsoleto para simplemente formar parte de la comunicación de 360 grados) de mi ex agencia (hoy de capa caída a los que les deseo lo mejor) como Amo a Laura o El Robo del Escaño de ZP, el Alquiler de Esposas para promocionar la venta de DVD's de una agencia belga, el Caso VT (no, no el refresco de té que te descubre el secreto de las mujeres, sino del chino al que le salta la espita, ya sabemos quién)...

El blog, entonces, ¿qué pinta en toda esta historia?

Viene a cuento porque en días como hoy no eres nadie si no tienes un dominio web o, en su defecto, un blog donde escribir de vez en cuando. Si lograr tener un mínimo de 500 visitas al mes puedes considerarte un tío con mucha suerte y hasta llegar a plantearse el reciclaje a líder de opinión. Esto, por poner un ejemplo.

Admito que mi caso no es ni mucho menos altruista. No tengo un blog para poder leerme a mí mismo y practicar el onanismo con mis propias palabras. Tampoco tengo en mente, desde luego, convertirme en una especie de gurú de la opnión subjetiva de cuantos "temas del día" sacudan la rabiosa actualidad. No hablaré más de programas de televisión (para eso está JPdA, lo haga mejor o peor) o de cuestiones que, para mí, carecen de todo valor intrínseco como es averiguar con quién se largó anoche Fulanita y de qué cama se levantará el gigoló extranjero de turno.

Tengo mi ego, como todo el mundo, mejor o peor dispuesto. Y una declaración de intenciones de cuanto pienso reflejar en este humilde espacio. Las cosas que a mi entender son interesantes y relevantes y que podrían cautivar a cuantos venís por aquí, relatos y fantasías que se me van ocurriendo sobre la marcha sobre canallas y otros bichos con los que poneros los dientes largos para cuando publique mis primeras obras (yo he venido a hablar de mi libro, faltaría más), más bien poco politiqueo habida cuenta del penoso espectáculo que dan últimamente tirios y troyanos...

En fin, un pot pourri de todo y nada donde pontificar a gusto, ea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario