17 junio 2008

El Rollo Bollo

Un estudio reciente hecho por suecos -nada sospechosos, me dicen- arroja luz sobre ciertos detalles acerca de la orientación sexual de las personas que pueden desembocar en reacciones no exentas de polémicas.



Como a mí me gusta el lío más que a un tonto un lápiz, no seré yo quien lo rehúya y sí, en cambio, quien se atreva a mojarse, al menos desde la perspectiva que conozco no sólo de oídas.
Aquellos a los que les gusta autocalificarse personas "de bien" (habrá que dilucidar con ellos qué baremos se regulan para decidir quién es de "bien" y quién de "mal") probablemente les ratifique en sus posiciones: los gays y las lesbianas son gente extraña con malformaciones cerebrales y, por lo tanto, cabría deducir que también mentales. ¿Recordáis a aquél ya mítico Aquilino Polaino? Bueno, sus teorías acerca de que la homosexualidad es una psicopatología se caen definitivamente -si es que alguna vez se tomaron en serio-, sustituyéndose por el diagnóstico alternativo "asunción de roles contrarios" porque, según se desprende del estudio, la homosexualidad no es necesariamente innata.
Aclaremos algo: que éstas personas autoproclamadas "de bien" consideren a los LGTB gente que no posee todas sus facultades cerebrales "correctas" (traducción: como las tienen los hombres y mujeres heterosexuales, gran mayoría de la Humanidad) no hace que los consideren peores personas o inferiores. Creo francamente que les respetan.
Claro que, como reza el dicho, "gilipollas los hay en todas partes" y los homófobos e intolerantes suelen salir desde este lado de la barrera.
Pero la cuestión es que tampoco dicen una barbaridad indefendible. No mienten. Es cierto que, por lo que el mencionado estudio dice, así son las cosas. No poseen la estructura cerebral original de género pensada para la reproducción y propagación de la especie.
No critico este modo de pensar. Si acaso, critico su falta de aceptación. No somos meros "propagadores de humanos". Discutiría si nuestro papel sigue siendo el de perpetuar la especie. Lo discutiría realmente.


Pero si un gay nace o se hace o si sus características cerebrales y sexuales fueron adquiridas a raíz de comportamientos o actitudes desarrolladas a lo largo de la vida o si se encuentra determinado por cuestiones puramente genéticas es algo que, personalmente, me la pela absolutamente. A fin de cuentas, el grado de aceptación de una persona se mide por su manera de ser, no por pensar en el mismo sexo mientras se masturba.
Esa es la madre del cordero. La aceptación. La ausencia de prejuicios establecidos por razón de inclinaciones sexuales aunque, claro, tenemos la suficiente hipocresía y relatividad moral para respetar a unos y disparar contra otros. Pero ese es un tema del que ya se ha hablado, y mucho.


Si hablo de este asunto con el título tan... hum... "ilustrativo" que he puesto es por una razón: hoy toca hablar de sexualidad. De orientación sexual para más señas. Pero no en referencia a por qué, puesto que no soy un entendido. Sino al cómo se lo toman algunos cuando hablamos de determinadas fantasías.
Por ejemplo... las mujeres bisexuales.

Se han hecho encuestas al respecto pero saco los datos muy a ojo de buen cubero, así que no esperéis números fidedignos (aunque no creo ir muy desencaminado): yo diría que el 90% de los hombres fantasea con la idea de hacérselo con dos mujeres.
Al mismo tiempo, la proporción de mujeres que tienen fantasías con dos hombres es "sólo" 3 de cada 10. En cambio, habría más a las que no les supondría un problema experimentar con otra mujer.



Podemos ponernos en plan antropológico, si os parece. Si lo hacemos, diría que podría basarse en la concepción polígama del hombre cavernícola que mantenía a varias mujeres viviendo bajo el mismo techo, ellas y todos los hijos. Al menos eso dice la teoría mayoritaria.
Se podría deducir que, a la hora de mantener relaciones sexuales, podrían hacerlo en presencia de las que no participaban... o bien que se diera el caso de que sí lo hicieran. No parece descabellado. Sería más bien lógico. Por tanto, el paso siguiente no parecería nada extraño: que una mujer pueda sentir atracción física por otra.
Hoy se puede comprobar. Bastantes heterosexuales convencidas han tenido escarceos con amigas, compañeras o desconocidas sin que aquello supusiera una crisis de identidad sexual.
En un tío, en cambio, eso es más difícil. No el hecho de sentir atracción física por otros tíos, sino que tal hecho no suponga hacerse la pregunta de marras: "¿seré gay?".



Lo de dos tías dándose el filete a los tíos nos pone, claro. ¿Para qué conformarte con una teniendo a dos?, parece ser la cuestión.
Sin embargo, lo que ocurre al pasar de la imaginación a la realidad es completamente distinto. Y no siempre eres capaz de dar la talla; no, al menos, como lo soñabas.
La cuestión primordial de los tríos es el papel del hombre. El imaginario porno nos ha vendido la historia de que es siempre el hombre quien tiene el papel central. La realidad es, habitualmente, la contraria: el hombre apenas juega un papel relevante en la relación sexual.
Él acompaña a dos mujeres que hacen realidad una fantasía, no al revés. Aparentemente la diferencia es insustancial (después de todo, raro es que no se lleven todos su ración de placer) y reducida a una mera cuestión jerárquica de nula trascendencia.
Quizá. Pero, tal vez por eso, se convierte en un objeto de deseo de mayores dimensiones de las que pueden abarcar para algunos.

Hablando en plata, ellas mandan y tú sólo eres un tipo afortunado que se cruzó con ellas. Sí, participas. Y disfrutas. Y miras y admiras y se te ponen los ojos como platos al verte a ti -sí,- tirándote a una que está tirándose a su vez a otra.
Serás un campeón si los nervios no te juegan una mala pasada. O si tanto cambio de roles y juegos no te agotan la... hum... paciencia.



Sabiendo todo lo anterior, en un mundo globalizado como el que vivimos hoy en día, con tantas posibilidades de interacción y conocimiento, con tantos canales y medios a través de los cuales conocer gente que en otras circunstancias jamás se cruzarían en tu vida, no es extraño encontrarse con personas de todo tipo y pelaje.
Hay uno en particular que me llama mucho la atención. Que es en el que me quiero centrar en el post de hoy y la razón de tal título.



Se trata de gente que, en redes sociales, llama la atención por fotos demasiado provocativas y directas, como ésta que enseño aquí de un caso real.
Gente que deja bien claro que son mujeres "cansadas de los hombres, de los que no quiero saber nada y que si me escriben o si pretenden ponerse en contacto conmigo les humillaré y les insultaré... pero si eres mujer dime algo, déjame tu dirección de msn porque quiero follarte y enseñarte de lo que soy capaz" (sic)... ¿no notáis nada extraño? Nada de "sí, me van las tías, pero tengo gusto y criterio". Nada de "me declaro homosexual y que se joda quien no lo entienda". No. "Fóllame y enséñame lo que quiero enseñarte yo por cam".
Demasiado explícito, ¿no es cierto? Incluso para mujeres "masculinizadas".
Se supone que hay gente para todo, pero resultan ser demasiadas juntas. Y, qué cosas, todas tienen una apariencia demasiado... llamativa.



El misterio se resuelve cuando profundizas un poco. La inmensa mayoría son tíos. Se descubren enseguida por seguir patrones demasiado masculinos: centrarse exclusivamente en el sexo, demandar -y enviar- fotos explícitas... ¿y la cam? ¿No se traicionarían en cuanto la pusieran? Claro. Pero es que la finalidad no es siempre la más obvia.
Algunos simplemente son tipos con mucho tiempo libre, imaginación y ganas de divertirse.
Otros sí, en cambio, parecen ansiosos por encontrar, ocultos tras el anonimato, a aquellas que puedan cumplir con esa vieja fantasía... que se le empieza a ir de las manos. ¿Cómo si no explicar tanto esfuerzo y dedicación?
Las menos, curiosamente, sí son mujeres. Y alguna es, efectivamente, lesbiana. Y de esas, un puñado han sacado una foto suya (la del ejemplo, lógicamente, no es el caso). Pero tan sólo unas poquitas hacen realmente lo que dicen que harán.



Si lo hacen, ateniéndonos al estudio sueco, será porque son más tíos que algunos tíos.
Que los gays, por ejemplo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario