09 mayo 2009

La Tercera Ola

Las circunstancias por las cuales surgen fenómenos como los totalitarismos de todo corte ideológico germinan bajo circunstancias especiales.
Insatisfacción, miedo a un futuro incierto, crisis económica, malestar con políticos incapaces, desestabilización, necesidad de una nueva búsqueda de valores nacionales (o internacionales)aparentemente perdidos... ¿os suena?


Esto no es nuevo. El perfecto caldo de cultivo para una revolución está en marcha. Experimentos como la Tercera Ola -impresionante la adaptación cinematográfica, por cierto- nos indican, además, lo fácil que puede ser.
En los "happy sixties", en California, un profesor de Historia quiso mostrar a sus alumnos de secundaria de un modo práctico por qué hubo tantos alemanes apoyando la causa nacionalsocialista que exterminó a millones de personas.
Les propuso una serie de ejercicios simples, aparentemente inocuos, cuya intención era difuminar la conciencia individual y subvertirla hacia una "conciencia de grupo" que les hiciera sentirse mejores y más capaces. Cosas como levantarse para hablar, asistir a clase con uniforme, -suprimiendo las diferencias y resaltando las cualidades del grupo- o crear un nombre que les identificara como miembros de algo más grande. Aquél experimento tuvo demasiado éxito: el grupo se concienció como tal no sólo durante la hora de clase. Incluso mucha gente ajena a la clase se unió. En la película -alemana, por cierto- se lleva la experiencia hasta el extremo, circunstancia que no ocurrió en la realidad californiana por un detalle importante: no existía el ambiente necesario que sí existió en los años treinta europeos.


Escucho y participo en conversaciones donde se palpa claramente que esta no es una época fácil para casi nadie, donde todo el mundo tiene un deseo de cambio radical en ciertos aspectos, a cada cual el que más le afecta. Parece ser que acabamos de darnos cuenta de lo imperfecto del sistema. Sin embargo, es de temer que el paso de las palabras a los hechos nos lleve hacia donde nunca más debemos ir.


He aquí algunas de las posibles circunstancias que podrían llevarnos a una nueva catarsis -en el peor de los sentidos- a nivel planetario:

Disolución de los Estados Unidos de América
En la primavera de 2009 políticos republicanos, hastiados de las medidas "socialistas" del primer Presidente negro de la historia (nacionalizaciones e intervenciones a granel en bancos y grandes empresas) y alarmados por la absoluta pérdida de poder de su partido (tanto en el Congreso como en el Tribunal Supremo) por figuras más "liberales", comienzan a iniciar soflamas secesionistas en los estados que controlan. Nada sorprendente si tenemos en cuenta que aproximadamente la mitad de los estados de la Unión tienen algún movimiento independentista. El primero en mover ficha es Texas, quien en el verano de 2011 y tras una nefasta actuación del gobierno federal en los protocolos de actuación y salvamento de personas en el huracán Karl que arrasó Corpus Christi, declara su independencia de forma unilateral. Washington no duda y envía -de nuevo- al Ejército a sofocar la revuelta. Si, en lugar de ello, hubiera mandado a la Guardia Nacional nada de lo ocurrido después habría sucedido. Pero Alabama, Alaska y California sucesivamente imitaron al "lone star state" declarando su independencia, incrédulos por ver la violenta respuesta del Ejército en su propio país con sus propios ciudadanos. Al ser estados bastante separados geográficamente, el Estado Mayor divide sus fuerzas aunque mantiene las mismas premisas: sofocar y reprimir a los rebeldes. De nuevo el mismo error con idénticos resultados: Massachussets, Illinois-Wisconsin, Florida, Vermont y la ciudad de Nueva York se declaran Estados y ciudad soberanos e independientes. En el Ejército, mientras, cunde la confusión y las deserciones en masa. Casos de sabotaje y traición se multiplican. El terrorismo dirigido hacia ambos frentes se convierte en un nuevo frente.

Caída histórica de las Bolsas mundiales
La ya conocida como II Guerra Civil Americana trae consigo un desplome sin precedentes en todo los índices bursátiles del planeta, salvo los sectores estratégicos. Se llegan a dar casos de acciones que no valen un céntimo. Grandes empresas y multinacionales se ven obligadas a una política de reducción y contracción que repercuten aún más negativamente en el sistema.
Todo el mundo mira a los bancos, aunque éstos también tienen sus propios problemas.

El hoax que trajo la ruina
Una cadena de mails con información parcialmente falsa comenzó a circular por la Red a principios de 2011. Supuestamente elaborado por estudiantes del MIT, en el mensaje se advertía que aproximadamente el 97% del dinero depositado en los bancos no podría ser nunca devuelto al no existir un soporte de papel que lo representara físicamente. Los datos eran erróneos, puesto que el porcentaje real era 86,39%. Sin embargo, la alarma generalizada provocó masas de clientes que querían retirar sus fondos pese a los intentos de las instituciones bancarias -en todos los sentidos- por evitarlo. No sobrevivió ningún banco pequeño y mediano. De los grandes, el Citibank se llevó la peor parte, cerrando sus puertas en invierno de 2011.
El hoax tuvo un despliegue mundial, desatando una avalancha similar en numerosos países del globo. A destacar la total destrucción del sistema bancario en Japón, Singapur, Suiza, Alemania y la práctica totalidad de los llamados "paraísos fiscales". Nadie quería tener su dinero metido en un lugar donde otros podrían llevárselo si llegaban antes.

Colapso de las instituciones internacionales
Al ser la gran mayoría organismos establecidos, influidos o directamente dirigidos por USA, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la OMC o la ONU, el caos se apodera de ellos. El FMI y el Banco Mundial se ven incapaces de manejar los fondos que tienen en reserva, constituidos en un 98,9% en "dinero electrónico" que no tiene valor alguno. La ONU se encuentra con la paradoja de tener su sede en un lugar que no reconoce (la nueva ciudad-estado de NYC) y las disensiones internas ponen de manifiesto su incapacidad para manejar la situación. Finalmente es disuelta en 2016.
Con el colapso del FMI y el Banco Mundial el "conflicto" se internacionaliza. Casi todos los países del mundo tienen préstamos o provisiones de fondos de los que de repente ya no pueden disponer. Eso repercute no sólo en el Tercer Mundo, cada vez más alejado y marginado. También aterriza en Europa.

Polarización en Europa
En agosto de 2012, en plenos juegos de Londres, la situación se agita considerablemente. Una serie de atentados mata a centenares de personas. Se desata el caos en la ciudad aunque los Juegos continúan como continuaron en Múnich 72. Todos los indicios parecen señalar a células islamistas radicales. Sin embargo, años después se sabrá que fue obra del British National Party, que llevaba desde 2009 aumentando su influencia racista. Sus objetivos se cumplieron: tras los acontecimientos de Manchester y Liverpool, donde todo aquél con apariencia árabe era víctima de abusos y palizas, los Días Sangrientos de Septiembre se extedieron por toda Europa occidental. Miles de musulmanes fueron asesinados, con especial virulencia en Francia y España.
En tierras francesas se aprovechó el clima para propiciar movimientos, tanto a izquierda como derecha, que lideraran las revueltas callejeras. Mientras el Frente Nacional azuzaba las algaradas racistas, el Partido Anticapitalista reaccionaba provocando disturbios y protestas violentas en otras partes del país, llegando a producirse un clima pre-bélico. El punto de partida a la guerra civil sería el asesinato de José Bové.
En Italia las políticas racistas culminan con la expulsión de rumanos y gitanos en 2013. Alessandra Mussolini se convirtió en la primera dictadora de la historia.

El triunfo del panarabismo
Tras el derrocamiento de la familia Saud merced al colapso de los USA, la yihad se siente cada vez más cerca de ver cumplidos los objetivos de su guerra santa, ya sin oposición interna relevante. A mediados de 2011 y con la total retirada de las tropas occidentales -que tenían sus propios problemas en casa- Oriente Próximo se unió formando un único ente político al que se fueron añadiendo posteriormente el resto de países de habla árabe, completándose con la adhesión de Marruecos y Etiopía en 2014.
Su primer adversario lo tenían muy cerca: Israel.

El Nuevo Israel
Tras la guerra árabe-israelí en la que el Tsahal fue contundentemente derrotado por no poder recibir los apoyos prometidos desde Europa y USA, Avigdor Lieberman, a la sazón Primer Ministro, merced a su origen soviético logra que Israel siga existiendo como entidad política y soberana aunque no en los territorios que ocupaban desde 1947 sino en la península de Crimea, en el Mar Negro. Ucrania no podía poner pegas: ya no existía en 2018. La Unión Soviética había vuelto un año antes.

Creación de nuevos estados
Tras constatar que la Unión Europea no tenía visos de continuidad y que su modelo había fracasado por la renuencia de sus miembros a ceder soberanía, se iniciaron nuevas fórmulas de uniones que pudieran resultar provechosas. Así, Germania nació de la unión de los pueblos de habla alemana: Austria, Alemania, Lichtenstein y el norte suizo, no así la pequeña porción germanófona de Bélgica, que prefirió formar su propio Estado. Contra todo pronóstico, las tensiones nacionalistas en España no germinaron en nuevos estados sino en la creación de un ente que aunaba toda la península ibérica en un único país al que llamaron Iberia. Escandinavia unió a todos los pueblos nórdicos.

¿Y la sinarquía?
Espera su momento.

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