16 agosto 2007

50 metros

Exhalo con calma la última calada del cigarrillo mirando extasiado el paisaje único que observo ante mí. El centro y oeste de Madrid se ofrecen a mi mirada mostrándome la cara oculta que muy pocos pueden admirar.

Las tejas rojas destartaladas y azoteas desnudas de Chueca hasta donde la vista alcanza, las gárgolas de la Gran Vía desde la distancia que aún así son perfectamente distinguibles. El Edificio España alzándose orgulloso sobre todos los demás. El Faro de la Moncloa al fondo y, más allá, las primeras cumbres de la sierra.

Si bajo la vista hacia el suelo, la plaza de la Villa de París que confiere espacio al Tribunal Supremo me muestra la pequeña grandiosidad de una villa que es ciudad y al mismo tiempo capital...

Que me aspen si no es bonita.

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